Los videojuegos de guerra se hacen cada vez más violentos y esto atrae a los niños, que ven los conflictos bélicos como algo glamoroso o divertido. Preocupado por el profundo interés de sus dos hijos, Leo y Frank –de 11 y 10 años, respectivamente-, por la saga Call of Duty, el periodista sueco Carl-Magnus Helgegren hizo un acuerdo con ellos en abril: si querían seguir jugando tendrían que visitar una ciudad verdaderamente dañada por combates y ver directamente lo que realmente es la guerra.
"Yo pensaba 'Dios mío, si les mostrara la hoja de un roble, probablemente no podrían decirme de qué árbol provenía, pero si les mostraba la silueta de una Heckler And Koch MP5 me dirían enseguida qué era'. Y eso me consternó", detalló.
Partiendo de su experiencia como reportero en el Medio Oriente en su juventud, Helgegren decidió ir con sus hijos y la madre de ellos a Israel –antes de que estallara el conflicto con Gaza–, los Altos del Golán y partes ocupadas de Siria.
"Fue bastante tarde en mi vida cuando finalmente empecé a arañar la superficie de lo que la guerra realmente era. Pensaba que estaba bien informado por lo que había visto en televisión, pero cuando tenía 29 años me di cuenta de que no tenía idea de lo que la guerra era. Y mis hijos tampoco podían explicarlo", dijo Helgegren.
En su viaje de diez días, la familia conoció gente afectada, soldados que habían estado en combate, pasó por hospitales donde muchas personas concurren a suturarse cortes causados por culatazos, e incluso visitó un campo de refugiados.
Tras su vuelta a Suecia, Leo y Frank decidieron que no querían jugar al Call of Duty y que les gustaría volver algún día. "Ya no los jugamos. Ahora que hemos visto todo esto, se sentiría muy extraño decirles que sí", le dijeron a su padre.
Helgegren, por su parte, desde que describió su viaje en la revista sueca Filter, ha sido criticado por una gran cantidad de personas a través de mensajes y tuits, en los cuales lo acusan de ser irresponsable y de haber puesto a sus hijos en peligro.
"Fuimos en abril, cuando la situación no era lo que es ahora, y yo había ido dos veces antes, y nunca sentí inseguridad. Si hubiera habido una guerra, no habría ido. Quienes nunca fueron creen que la gente se está matando a tiros en todos lados. El caso no es así", respondió Helgegren.