Después de tres años, dos ministros y unos u$s180 millones de dólares gastados, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) aún está lejos de construir aunque sea un solo avión de los 40 IA-63 Pampa III prometidos durante la campaña presidencial de 2011.
Este fin de semana, la Fuerza Aérea realizó su muestra anual "Argentina Vuela" en la base de Morón. Allí exhibió al público lo que queda de su flota de aviones. Pero de los promocionados Pampa III no hubo ni noticia. El 10 de octubre del año pasado, con motivo del 86° aniversario de la fábrica, presentaron lo que denominaron el primer prototipo para la fabricación de las 40 aeronaves. Pero se trató tan sólo de un modelo, de una suerte de cáscara vacía incapaz de volar. En aquel acto prometieron que la primera unidad despegaría entre enero y abril de 2014. A partir de esa fecha, el plan era entregar una aeronave por mes. Nada de eso sucedió.
"En el aniversario al avión se lo pintó, se lo ensambló y se lo apoyó en las patas sin los caños de combustible en el interior. Adentro el cableado estaba faltante y las pantallas de la cabina estaban puestas de adorno para la foto. Eso es lo que se presentó: una célula a la que le pusieron un motor cualquiera. Fue un verdadero fraude a la opinión pública", señaló a Infobae Fernando Forbes, empleado de FAdeA y vocal titular de la comisión directiva de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA).
Días después del festejo, el avión fue desmantelado. Y a la fecha sigue así. Ni siquiera está cerca de terminarse la unidad que debe actuar como prototipo para que, recién después de meses de prueba, pueda iniciarse la producción en serie de los 40 Pampa III.
"Seguir insistiendo con el uso de los actuales aviones es suicida y criminal", advirtió la oposición.
Como otras áreas del Gobierno, tanto el Ministerio de Defensa como FAdeA necesitan una suba de partidas para llegar a fin de año. Aunque quedaron fuera del multimillonario incremento que hubo para otros sectores días atrás, funcionarios ya se comprometieron a fin de la semana pasada a incluirlos en un próximo decreto. Pero con promesas no se pagan las deudas: hasta tanto el incremento no sea publicado en el Boletín Oficial, en el Ministerio de Defensa temen que sean tan sólo palabras vacías. Los más optimistas se ilusionan con que el anuncio se hará este 20 de agosto, cuando la presidente Cristina Kirchner encabece la postergada Cena de Camaradería.
Desde que informó el proyecto de construir 40 aviones Pampa III, FAdeA recibió unos u$s60 millones de dólares por año, entre lo contemplado en el Presupuesto de cada periodo y las sucesivas ampliaciones de partidas. Es decir: en estos tres años se invirtieron más de u$s180 millones en una fábrica de unos 1600 empleados que no terminó ni un avión. En el Ministerio de Defensa incluso reconocieron a este medio que por el momento no tienen ni siquiera una fecha estimada de lanzamiento. Fuentes del sector estiman que producir cada uno de ellos costaría alrededor de u$s9 millones.
En 2009, por ejemplo, la Fuerza Aérea de Chile compró a los Países Bajos 18 modernos aviones F-16 de segunda mano por u$S270 millones, a razón de u$s15 millones cada uno. Con ellos, terminó de completar una flota de 46 aeronaves de ese modelo.Para financiar parte de la transacción, el país trasandino intenta venderle a Uruguay 12 modelos de F-5 Tigre que utilizaba desde 1976 por unos u$s80 millones.
El estado de la FAdeA y las pobres cifras de inversión militar en Argentina
"FAdeA se convirtió en un lugar de eventos sociales. Se pierden las horas laborales en hacer actos políticos y homenajes. El personal muchas veces está cómodo y no ve el problema, que es la falta total de trabajo. Ahora sólo se hace muy poquito de mantenimiento de aviones, pese al potencial que tenemos. No sé si se llega a usar el 5% del potencial que la fábrica puede llegar a tener. Hoy está en un estado crítico. Y si a eso le sumás que sigue ingresando gente que no cumple una función... calculá en lo que se ha convertido", argumentó Forbes, cuyo sindicato responde a la CGT opositora de Hugo Moyano.
Tanto las cifras del presupuesto como el número de empleados de FAdeA y hasta la cantidad de aviones que están en condiciones de volar no están claras. Por eso, diez diputados de la UCR presentaron el mes pasado un pedido de informes en la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados.
Según consta en el expediente 5478-D-2014, los legisladores advirtieron que "resulta absolutamente indesmentible que el parque aéreo militar argentino es total y absolutamente obsoleto". "Seguir insistiendo con el uso de los actuales aviones es suicida y criminal", sentenciaron.
De acuerdo con las cifras que la UCR maneja, apenas el 17% de los aviones de la Fuerza Aérea está en condiciones de volar. Es decir, menos de dos de cada diez aeronaves. La cifra no coincide con los fragmentarios números que da el Ministerio de Defensa. Pero los radicales explican que eso sucede porque en los partes diarios muchas veces "se enumeran más aviones de los que en realidad hay en servicio para no dar cuenta del verdadero estado" de la flota.
Ese 17% sitúa a la Argentina no sólo muy lejos de los países de la región, sino incluso de algunas naciones subdesarrolladas. En los países desarrollados y con hipótesis de conflicto, como Estados Unidos o Israel, el porcentaje de aviones usados con respecto a los aviones disponibles oscila entre el 70% y el 75 por ciento. En naciones emergentes, como Chile o Brasil, ese porcentaje suele rondar el 50 por ciento, mientras que en países subdesarrollados, como Ghana, Nigeria o Etiopía, esa cifra se sitúa alrededor del 30 por ciento, señaló la UCR.
El Banco Mundial publica cada año un ranking con el porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) que cada país dedica a su defensa. En el período 2009-2013, Argentina quedó última en toda América del Sur, con apenas 0,7 por ciento. Penúltima, se ubicó Venezuela (1,2%), seguida por Brasil (1,4%), Bolivia (1,5%), Paraguay (1,6%), Uruguay (1,9%), Chile (2%), Ecuador (3,1%) y Colombia (3,4%).
Apenas el 17% de los aviones de la Fuerza Aérea está en condiciones de volar
Una desinversión de larga data
Aunque con matices, tanto el oficialismo, como la oposición, el sindicalismo y hasta el sector privado coinciden en que la desinversión en las Fuerzas Armadas es previa al kirchnerismo. Pero a la hora de analizar en detalle, la mayoría de ellos elige como mayor responsable de la situación actual al gobierno de Cristina Kirchner.
En el oficialismo, en cambio, señalan que los nuevos problemas de la Fuerza Aérea se remontan a la administración del ex titular de FAdeA, Raúl Argañaraz. Durante la gestión de Arturo Puricelli en el Ministerio de Defensa, el funcionario que respondía a Julio de Vido emprendió una serie de proyectos que una fuente conocedora de de los contratos definió como "faraónicos": el frustrado desarrollo en el país del prototipo chino de helicóptero CZ-11, el intento de cambiar los asientos eyectables de los modelos previos de aviones Pampa por otros que no encajaban en la cabina y el proyecto para reforzar y alargar la vida útil de los aviones Beechcraft/ FMA B-45 Mentor. Este último acabó por ser un fracaso: las nuevas chapas cambiaron el centro de gravedad de la aeronave y obligaron a sacar uno de los dos asientos disponibles: en las naves antes preparadas para alojar a un alumno y su profesor, ahora entraba tan sólo uno de ellos. Inútil para la instrucción de nuevos pilotos.
En mediados del año pasado, Puricelli fue desplazado del Ministerio de Defensa hacia el de Seguridad. En su lugar asumió el hasta entonces diputado Agustín Rossi. Seis meses después, Argañaraz dejó su cargo. Aunque nunca se confirmó de manera oficial, el funcionario está sospechado de haber desviado unos 300 millones de pesos. La conducción de FAdeA quedó en manos de un técnico cercano a La Cámpora: Matías Savoca.
Con excepción de Forbes, todas las fuentes destacaron la capacidad técnica tanto de Savoca como del gerente general de FadeA, Tulio Calderón. Recién están logrando poner cierto orden en las cuentas. Pero detrás de sí, Argañaraz dejó un tendal de deudas: según publicó el diario Perfil meses atrás, la empresa israelí Elbit exige u$s5 millones por trabajos de aviónica. Desde ese mismo país, IAI pide por una deuda de u$s11 millones. La norteamericana Honeywell, a cargo de las turbinas de los aviones Pampa, reclama u$s5 millones. La británica Martin Baker, fabricante de los asientos eyectables considerados como los más seguros del mercado, solicita no sólo que se le abonen los u$s600.000 adeudados, sino que también se le den explicaciones sobre por qué el gobierno nacional intentó ceder el contrato que tenía con ellos a la ucraniana Zvetza, por unos asientos que ni siquiera entraban en las cabinas de los aviones.
Con la nueva administración, muchas de esas compañías empezaron a negociar un plan de pagos. El más urgente quizá sea el caso de la fábrica alemana Grob. Se trata de otro compromiso cerrado por Argañaraz: para reemplazar los Beechcraft/ FMA B-45 Mentor que no consiguieron actualizar, compró a la firma teutona diez aviones de entrenamiento Grob 120-TP por unos 20 millones de euros. Cuando dejó su cargo, el país apenas había recibido cuatro. La compañía no entregó los otros 6 por falta de pago. Mientras tanto, las clases de aviación se dan con aeronaves Embraer EMB 312 Tucano. Pero debido a que son casi obsoletos, FAdeA renegoció un plan de pagos y, en teoría, recibiría las seis unidades restantes a mediados de octubre. Si se cumplen los plazos previstos, las enseñanzas de vuelo del próximo año se realizarían en esos aviones.
Pero las cuentas impagas de la Fuerza Aérea afectan incluso a otras áreas del Estado. La petrolera YPF confirmó a Infobae que tienen numerosos pagos atrasados, como publicó el viernes el diario Ámbito Financiero, pero aclaró que "ya se encuentran en vías de solución". "La compañía informa que, al tomar conocimiento de la deuda, esta tomó las medidas correspondientes que aplica a todos sus clientes y, a través, de reuniones periódicas logró encontrar una solución que beneficie a todos los actores involucrados", fue la formal respuesta que dio por escrito ante la consulta de este medio. La compañía se negó a revelar la cifra que intenta cobrar. Pero, según pudo averiguar Infobae, la Fuerza debía unos 15 millones de pesos en combustible, a los que debe agregarse otros 5 millones que vencerán en los próximos días. La forma de pago de esas dos cifras es lo que se negocia por estas horas.
Entre las deudas heredadas y los planes que no terminan de concretarse, FAdeA intenta mantenerse a flote. Empresarios, dirigentes de la oposición y algún que otro oficialista coinciden en el diagnóstico. Pero la crítica más dura proviene quizá del sector menos esperado. "Hay que reconocer que los 40 Pampa III hoy no los podemos hacer", reconoció con pesimismo Forbes.