El Consejo de Seguridad resolvió apoyar al gobierno iraquí en su lucha contra yihadistas

La avanzada del Estado Islámico de Irak y el Levante ha desplazado a miles de civiles. Minutos antes del anuncio de obama, los 15 países miembros del bloque de la ONU pidieron "aliviar el sufrimiento"

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El Consejo de Seguridad de la ONU concluyó este jueves una reunión en Nueva York con un llamado a la comunidad internacional por la grave situación en Irak. Líderes religiosos y patriarcas caldeos, encabezados por el papa Francisco, habían clamado este jueves que se protegiera a los civiles víctimas de persecución en ese país.

En una declaración unánime, los 15 países miembros del Consejo "invitan a la comunidad internacional a apoyar al gobierno y al pueblo de Irak a hacer todo lo posible para ayudar a aliviar el sufrimiento de la población".

Los integrantes del Consejo de Seguridad se declararon "escandalizados" por los miles de yazidíes y cristianos expulsados de sus lugares de residencia por los yihadistas del EI y advirtieron que los desplazados necesitan "ayuda humanitaria urgente".

Condenaron además, en un comunicado, la persecución contra las minorías en Irak, estimando que esos hechos "pueden constituir delitos contra la humanidad" y exhortaron a "todas las partes a facilitar la entrega de ayuda humanitaria".

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Desde Kirkuk, norte de Irak, el patriarca caldeo Louis Sako habló de "desastre humanitario" y mencionó que unos 100.000 cristianos se habían visto obligados a abandonar sus casas después de la toma de Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana del país, a manos de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Desde junio, la caída de la segunda ciudad del país, Mosul, a manos del EI había suscitado preocupación en la comunidad internacional, en particular del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de la Unión Europea y de la Liga árabe. Unos 500.000 civiles huyeron entonces de los combates en esta ciudad del norte de Irak.

Ante esta amenaza que representan los yihadistas "para toda la región", Washington había deseado una "respuesta fuerte".

"El pánico cunde en el noroeste de Irak", afirma la ONG Amnistía Internacional, que habla de decenas de miles de personas desplazadas. Según Donatella Rovera, su representante en la región, la situación de esas personas "y de las minorías yazidí y cristiana en particular es cada vez más desastrosa".