En plena dictadura, cómo Grondona se convirtió en presidente de la AFA

En 1979 las decisiones del fútbol pasaban por el vicealmirante Carlos Alberto Lacoste. Los candidatos a presidir la asociación eran Ercoli y Cabrera, pero "Don Julio" se quedó con el cargo

Guardar
Julio Grondona junto al presidente de facto Rafael Videla y Carlos Alberto Lacoste<br>  162
Julio Grondona junto al presidente de facto Rafael Videla y Carlos Alberto Lacoste<br> 162

"A mí me eligieron los clubes, no el vicealmirante Lacoste" fue la frase de Julio Grondona cuando ya era presidente de la AFA en 1979. La aclaración era necesaria porque en ese momento, luego del "exitoso" mundial de 1978 según quienes gobernaban, todas las decisiones del fútbol argentino pasaban por Carlos Alberto Lacoste, marino que aspiraba llegar a la FIFA, a la que luego llegaría en 1980.

De 1976 a 1979 el presidente el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino fue Alfredo Cantilo, abogado, hincha de Vélez y socio del Jockey Club. Pero luego dejó de ser tenido en cuenta porque su poder de decisión disminuyó cada vez más y quedaba claro que la entidad era manejada por el vicealmirante.

Cuando Lacoste sale a buscar un sucesor, los principales nombres que surgieron fueron Igancio Ercoli, presidente de Estudiantes y Rafael Aragón Cabrera, presidente de River. Lacoste era hincha del club de Nuñez y tenía a Aragón como su estandarte porque River había vuelto a ser campeón tras 18 años. Pero sus logros deportivos no se trasladaban a lo institucional y quedó descartado.

Ercoli era el favorito entre los otros dirigentes y, acorde a un sondeo de ese momento, daba como el elegido para la asamblea del 6 de abril de 1979. Pero lo importante era el apoyo de Lacoste, que nunca llegó. Hubo un encuentro entre estos dos en el cual Lacoste le explica a Ercoli que no lo elegía pero que respetaba no saber nada de él, lo que se entendió como algo bueno porque "si hubieras hecho algo malo, ya me habría enterado, pero eso no significa que te apoye".

La excusa de Ercoli para bajarse de la pelea fue insólita: viajar desde La Plata hasta la calle Viamonte todos los días es muy desgastante.

Y entonces apareció Julio Grondona de la mano de la baja cotización de las candidaturas de Ercoli y Cabrera. Como afirma el difunto presidente de la AFA, su llegada a la asociación no fue directamente por ayuda de Lacoste. Lo ayudaron los campeonatos logrados como presidente de Independiente, del cual se pidió licencia al asumir, y la negociación con Menotti para lograr su continuidad al frente de la Selección Argentina.

El día que asumió, disparó una frase que en estos días puede ser muy cuestionada: "No vengo a cambiar nada de inmediato de la AFA. Hay que actuar gradualmente y reformar de a poco. Pero nada de salirse de los reglamentos ni hacer cosas a dedo. Eso no corresponde".

Información del libro "Todo Pasa", escrito por Hernán Castillo. 2011, Edición Aguilar

Guardar