Azjad Iqbal es el nombre del principal implicado en una investigación que derivó hasta el momento en la detención de un grupo de pakistaníes. Se los acusa de falsificación de documentación, y existe una sospecha por tráfico de personas.
No es la primera vez que Iqbal tiene en su contra acusaciones por este tipo de delitos. La Unidad de Investigaciones Antiterrorista de la Policía Federal informó al juez Sebastián Casanello que en Portugal tuvo una causa en 2004 por uso de licencia de conducir trucha. Además, en el 2010 fue investigado en Francia por facilitar la entrada y salida de un extranjero mediante documentación irregular. Por falsificación de documentos estuvo en la mira de la Justicia durante 2011 en nuestro país, también en Chile, y en 2013 en Cuba, sospechado por tráfico de personas.
La investigación se originó cuando el 30 de mayo pasado, Iqbal y Ahmed Anees, otro de los implicados, se presentaron en la cancillería argentina para obtener la renovación de una visa de cortesía emitida a favor del segundo. La agente de cancillería sospechó y se suscitaron comunicaciones internas de manera urgente.
Así se supo que la visa de Anees y otras cinco personas, algunas aún siguen siendo buscadas, fueron obtenidas mediante documentación que resultó ser apócrifa, en donde los pakistaníes pretendían un visado de cortesía temporal para asistir a un encuentro que se llevó a cabo en nuestro país entre autoridades del Banco Mundial y el Ministerio de Salud.
Ese evento ocurrió entre marzo y abril pasado. Fue un "taller anual de resultados y evaluación de impacto para proyectos con financiamiento basado en resultados", tal el nombre del encuentro.
Para los investigadores, Iqbal contaba con información privilegiada y la utilizó como motivo para llevar a cabo la maniobra.
Los sospechosos fueron detenidos en el lugar. Las tareas de inteligencia derivaron en el arresto de otras dos personas, también de nacionalidad pakistaní.
Iqbal dijo que sólo ofició de traductor, y no sabía de ninguna documentación ilegal. El juez Casanello no le creyó. Sus antecedentes lo contradecían. Pero además se le encontró en su pc portátil gran cantidad de pasaportes de distintas nacionalidades, copias de permisos de entradas a Emiratos Árabes y de boletos aéreos de distintas personas.
El juez Casanello recibió la colaboración de la embajada de Estados Unidos que mediante un informe aportó que Iqbal sería parte de una organización destinada a promover el contrabando de personas, principalmente de Pakistán, la India y Afganistán.
Por ahora los implicados permanecen detenidos. Es que para el juez existe peligro de fuga. Lo llamativo es que ninguno de ellos apeló el procesamiento que les fijó Casanello con embargos de hasta 5.000 pesos.
La investigación avanza. El juez Casanello libró oficios a la empresa aérea Emirates para tener detalles de la compra de pasajes por parte de los implicados y otras personas. También a los hoteles donde se hospedaron. Lo mismo hizo al Banco Central para que aporte sobre si realizaron giros al exterior de dinero, y a las empresas telefónicas por el listado de llamados entrantes y salientes.
El magistrado pidió además que la República Islámica de Pakistán informe sobre los datos pertenecientes a un teléfono bajo investigación y sobre una agencia de turismo que habría intervenido en la emisión de los pasajes aéreos.