"Estoy preso por haber denunciado al Estado venezolano como corrupto, ineficiente, represor y antidemocrático. Estoy preso por haber denunciado a viva voz que en Venezuela no hay democracia, que los poderes públicos han sido secuestrados por una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática responsable de la grave crisis social, económica y política que hoy sufrimos todos los venezolanos. Estoy preso por haber denunciado que en Venezuela vivimos en dictadura", sostuvo Leopoldo López en un editorial publicado hoy en el periódico peruano El Comercio.
El dirigente antichavista fue apresado el 19 de febrero y desde entonces permanece en la cárcel de Los Teques, en Caracas. Este miércoles comenzará el juicio oral y público en su contra, luego de que el chavismo le presentara cargos por supuesta asociación para delinquir e instigación de los delitos de incendio, asociación ilícita y daños. Junto con él, serán juzgados los estudiantes Marco Coello, Christian Holdack, Demián Martín y Ángel González, detenidos en las marchas contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Las protestas en Venezuela, impulsadas por los estudiantes y la oposición motivadas por la inseguridad, la alta inflación, la escasez de productos básicos y el descontento de sectores que no se sienten representados por el actual gobierno, llevan ya casi cinco meses. En total, 43 personas fallecieron víctimas de la represión y de enfrentamientos armados, mientras que miles resultaron heridas y cientos fueron detenidas.
A continuación el texto completo:
He sido un perseguido político del régimen chavista por más de 10 años. Más de 20 expedientes, juicios políticos, intentos de homicidio debidamente denunciados y nunca resueltos, asesinato moral por parte de los medios de comunicación del Estado y dos inhabilitaciones políticas a pesar de haber obtenido una sentencia favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la violación a mis derechos a la defensa y a la participación política.
Durante más de un año, a partir de enero del 2013, Nicolás Maduro expresó públicamente, incluso en cadenas nacionales de radio y televisión, su deseo de meterme preso por las opiniones emitidas en contra de su Gobierno. Fue en ese contexto de persecución permanente y de amenaza explícita por parte de Maduro que se emitió una orden de captura en mi contra el 12 de febrero del presente año.
Estoy preso por haber denunciado al Estado venezolano como corrupto, ineficiente, represor y antidemocrático. Estoy preso por haber denunciado a viva voz que en Venezuela no hay democracia, que los poderes públicos han sido secuestrados por una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática responsable de la grave crisis social, económica y política que hoy sufrimos todos los venezolanos. Estoy preso por haber denunciado que en Venezuela vivimos en dictadura. Estoy preso por haber propuesto un cambio profundo que pasa por la sustitución de quienes están a cargo de todos los poderes públicos. Estoy preso por haber solicitado la renuncia o la sustitución por la vía constitucional de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
Estoy preso por haber hecho un llamado al pueblo venezolano a salir a la calle a protestar, haciendo uso de nuestro derecho histórico y constitucional a la protesta, hasta lograr un cambio político que garantice la paz, el bienestar y el progreso para todos los venezolanos. Estoy preso por haber expuesto ideas, opiniones y propuestas que hoy comparten la mayoría de los venezolanos, que desde la indignación piden un cambio profundo que permita enrumbar a la nación.
Estoy preso físicamente, me tienen aislado y con restricción severa a visitas, pero ni ahora ni nunca podrán encarcelar mi absoluta convicción de que tenemos el derecho y el deber de luchar para conquistar la democracia y la libertad para Venezuela. Gracias a Dios no estoy solo en estas ideas, somos millones, somos mayoría los que estamos dispuestos a luchar por un cambio hacia la democracia. Podrán encarcelarme a mí y a miles más pero nunca podrán encarcelar el espíritu de lucha que con los jóvenes en la vanguardia, hoy recorre la calle de los pueblos, barrios y ciudades de todo el país. Ya Venezuela decidió cambiar, por tanto mi encarcelamiento y el de muchos otros no es sino la cara de una dictadura cada día más débil y con menos apoyo popular, que pretende mantenerse en el poder reprimiendo, silenciando las voces críticas y criminalizando la protesta.