Crece el sentimiento antikirchnerista en Uruguay

Diferentes encuestas de opinión reflejan el rechazo de buena parte de la sociedad, motivado por las políticas que generaron un quiebre en la relación bilateral. La jugada electoral de Tabaré Vázquez

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El miércoles, en la Intendencia de Montevideo, el candidato a la presidencia del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, aprovechará una reunión del Foro de Partidos Progresistas para sacarse una foto con uno de los jefes de la oposición argentina, el socialista Hermes Binner.

Se conocen desde los tiempos en que Vázquez era intendente de la capital uruguaya y Binner de Rosario. Y piensan muy parecido. Ambos son médicos, un poco tímidos, pragmáticos en términos económicos y profundamente republicanos.

Hace un mes, cuando Vázquez fue a dar una charla a la Facultad de Derecho después de ganar las internas del Frente Amplio, le avisó a Binner que estaba en Buenos Aires y se juntaron. Ahora que el Partido Socialista uruguayo convoca a este encuentro de espacios políticos en Montevideo, se verán de nuevo, y todo indicaría que se trata de un acto de campaña de Vázquez, necesitado de mostrarse en las antípodas del kirchnerismo para lograr el respaldo del electorado uruguayo.

El historiador uruguayo Gerardo Caetano dice que "Pepe Mujica es el presidente más filoargentino de toda la historia. No hubo otro igual en el pasado. Y les aseguro que tampoco lo habrá en el futuro". Y por cierto que pagó caro su afecto personal por nuestro país. Según un estudio de la consultora CIFRA, realizado para el semanario Búsqueda, el 61 por ciento considera que la Argentina es el país menos amigo de Uruguay, seguido por Venezuela, Brasil y Colombia, con apenas 2 por ciento cada uno.

Los uruguayos en su conjunto, incluidos los votantes del Frente Amplio, se vienen quejando por la posición del gobierno frente a la Argentina. En otra encuesta de CIFRA, realizada en octubre del 2013, el 58 por ciento pide "más firmeza", contra 24 por ciento que avala la posición actual y 11 por ciento que pide más flexibilidad.

La bronca que se vino incubando desde el 2005 es de tal dimensiones que, consultados si deberían apoyar a la Argentina en su reclamo por las islas Malvinas, sólo el 16 por ciento dijo que sí. Por el contrario, el 76 por ciento consideró que Uruguay debería "mantenerse neutral".

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El gran fracaso de Mujica no es la inseguridad, que crece, o la educación, que necesita nuevos programas. A lo que dedicó más horas de su vida como presidente fue a la Argentina. Estaba convencido de que podría suavizar las aristas de los Kirchner, lograr un trato de buenos vecinos, evitar el ninguneo al que estuvo sometido su antecesor. Pero se equivocó. Por lo bajo dice que, como en otras etapas de la historia, nuestro país volvió a expresar vocación hegemónica y domesticadora. "Me vencieron", repite, muy dolido con Cristina Kirchner.

El periodista y escritor Alfonso Lessa reconoce que el anuncio de aumento de la producción en cien mil toneladas de la fábrica de celulosa UPM, ex Botnia, generó furia en la Casa Rosada. Y concluye que "las relaciones bilaterales dieron un giro de casi 360 grados, y Mujica se encuentra en la última parte de su gobierno, casi como estaba al comienzo".

Quizás sea lo menos que puede hacer Mujica para facilitarle el camino a Tabaré Vázquez en las elecciones presidenciales de octubre, presionado desde atrás por Luis Lacalle Pou, el joven candidato del Partido Nacional, que amenaza con romper el liderazgo frenteamplista de los últimos diez años.

Mujica estaba convencido de que podía mejorar la relación con los Kicrner, pero se equivocó. "Me vencieron", suele decir

Una encuesta difundida por Canal 12 sostiene que la fórmula Vázquez/Sendic tiene el 43 por ciento de intención de voto, frente al 30 por ciento del Partido Nacional y 16 por ciento del Partido Colorado.

El Frente Amplio sigue liderando cómodamente el primer lugar en las preferencias electorales, aunque no obtendría mayoría parlamentaria, ni ganaría en primera vuelta. Mientras tanto, la fórmula Lacalle Pou/Larrañaga viene creciendo y parece evidente que las elecciones serán dirimidas en la segunda vuelta, prevista para el último domingo de noviembre, donde lo esperable es que los votantes colorados se vuelquen casi automáticamente por la fórmula de los blancos.

Aquí, en Montevideo, todos dicen que "falta mucho" para votar. Pero lo cierto es que cinco años atrás, a esta altura, quedaba clara la victoria del Frente Amplio. Hoy no. A pesar del fenomenal crecimiento del PBI, que pasó de 13,7 miles de millones de dólares en el 2004 a 55,7 en el 2013, del impresionante aumento de las clases medias, de la caída del desempleo, que apenas llega al 6 por ciento, de la calidad y cantidad del consumo que se percibe en los comercios, y la envidiable solidez de sus instituciones, incluidas las estadísticas.

 elobservador.com.uy 163
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En la calle se percibe cierta bronca con el FA. Hay una caída de la actividad, provocada básicamente por la imposibilidad de exportarle a nuestro país y la baja del turismo argentino. Pero también es cierto que pocos se imaginan a Lacalle Pou como presidente, ya que carece de experiencia en la gestión.

En cien días, los uruguayos estarán votando a presidente.

Hay quienes imaginan una elección bisagra, que finalmente sacará al FA del gobierno

. Otros están convencidos de que no se pondrán en riesgo las conquistas obtenidas estos diez años. Fácilmente, se puede prever un debate áspero, muy subido de tono, con pasajes seguramente angustiantes. Por suerte, en algo los uruguayos y las uruguayas están de acuerdo: con los K ninguno quiere ir ni a la esquina.

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