La expectativa que genera el dato que va a dar a conocer esta tarde el Gobierno sobre la inflación posiblemente esté por debajo de los guarismos de mayo, situación que extiende la brecha con la mayoría de las consultoras privadas, que ubicaron a la inflación el mes pasado en torno al 2%, mientras que el dato del Indec estaría por debajo del 1,4 por ciento.
En los primeros cinco meses del año tiene una brecha de 18,5% en el acumulado de la ponderación media del índice Congreso contra el 13,5% que el organismo estadístico oficial ha anunciado
Camilo Tiscornia, de la consultora C&T Asesores Económicos, dijo que durante junio se observó una aceleración de la inflación, "con un aumento del 2,8%, producto del alza en alimentos y bebidas, a lo que se le sumó una primera parte de los ajustes en medicina prepaga".
A su entender, el 1,4% que informaría esta tarde el Indec vuelve a poner en dudas las estadísticas. "Cuando se comenzó con el nuevo indicador se justificaba la diferencia en algunos aumentos concretos en la Ciudad de Buenos Aires, pero con el correr de los meses la diferencia persistió, lo que va en contra de la credibilidad del índice oficial", enfatizó.
En declaraciones a InfobaeTV, el economista explicó que los rubros "alimentos y bebidas" subieron en torno al 2,7% en promedio. Recordó que "en mayo la suba fue moderada en torno al 1%, después de varios meses de fuertes subas tras la devaluación de enero. El julio volveremos a ver otro salto, a raíz del aumento en Precios Cuidados".
Sus números muestran una inflación acumulada del orden del 20%, "prácticamente la mitad de lo que esperamos para todo el 2014". "Puede haber en el segundo semestre un freno y el año cerraría cerca del 37%. Pero si hacemos junio 2014 contra junio de 2013 estamos en 41%", agregó.
Pensando en julio, Tiscornia vaticinó "un alza que rondará el 2,5%, a raíz de incrementos puntuales en colectivos, combustibles, salarios de los encargados de edificios y una parte del ajuste en las tarifas de agua y gas".
Para el economista el Secretario de Comercio, Augusto Costa, mantiene la metodología y las herramientas de su antecesor Guillermo Moreno. "Hubo cambios en la intensidad de los esfuerzos administrativos, cambios en el modo, pero en el fondo son políticas similares", sentenció.
"Los acuerdos no apuntan a resolver el efecto de la inflación; muchas veces las empresas compensan la baja en algunos productos subiendo otros. Son artificios del Gobierno que vienen en línea con los de otras épocas", se quejó.
En este sentido, recordó que "la competitividad no está en un buen nivel" y "el problema de fondo es que mientras no tengamos crédito externo se depende de la competitividad para conseguir las divisas que la economía necesita para funcionar; por eso se sustituyen importaciones, hay más controles, y todo porque no se quiere convalidar una fuerte devaluación del peso".
Algunos presagian que las reservas rondarían a fin de año los 24 mil millones de dólares y que no haya crédito externo obligará al Gobierno a tocar el tipo de cambio, que ubicaría al dólar a 9,20 pesos a fin de año. Para Tiscornia, "que el tema de los holdouts es crítico" y "una de las principales trabas para que la economía funcione normalmente es la falta de divisas", reiteró.
Para concluir, se mostró escéptico de cara al próximo semestre y a que se consigan fondos externos cuando se solucione el conflicto con los acreedores que no entraron al canje. Pronosticó un dólar oficial a 9,50 pesos para fin de año.