Miles de refugiadas sirias viudas o alejadas de sus maridos están afrontando una durísima situación en los países de acogida, donde a muchas les falta incluso la comida, advirtió este martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Obligadas a asumir solas toda la responsabilidad de sus familias, por estar sus maridos muertos, prisioneros o alejados, se ven atrapadas en una espiral de dureza, aislamiento y ansiedad", destaca el informe.
Su principal dificultad es la falta de recursos. A muchas de ellas les cuesta pagar el alquiler y comprar comida, y para ello venden lo que tienen, como anillos de boda, o envían a los niños a trabajar.
Un tercio de las 135 mujeres encuestadas por ACNUR en Jordania, el Líbano y Egipto dijeron que no tienen suficiente comida.
Muchas de las entrevistadas dijeron que están recibiendo bonos de comida del Programa Mundial de Alimentos (PMA), pero algunas los están vendiendo para poder pagar el alquiler de sus apartamentos y afrontar otros gastos.
Además, el hecho de vivir sin marido las expone a insultos y agresiones, según el informe.
Una mujer que vive en un apartamento en el Líbano dijo que es blanco frecuente de agresiones verbales de los hombres del barrio.
Otra mujer que se cobijó en una tienda de campaña cerca de la ciudad libanesa de Trípoli (norte) dijo que un hombre se presentó allí e intentó convencerla para que estuviera con él.
El informe urge a los gobiernos de la región a mantener las fronteras abiertas para los refugiados y limitar las restricciones de entrada.
Unos
. Más de un millón de ellos están en el vecino el Líbano. Otros se encuentran en Jordania, Egipto, Turquía e Irak.