El gobierno nacional se puso en marcha para dar un golpe estratégico en el mundo gremial: quiere quedarse definitivamente con la inscripción sindical y el nombre de la CTA e intentará obtener la conducción de ATE.
El sector de la Central de Trabajadores Argentinos que está alineada con el kirchnerismo convocó a un congreso nacional que se llevará a cabo el 22 de agosto y llamó a elecciones para el 18 de noviembre: la fórmula Hugo Yasky - Pedro Wasiejko irá por la reelección.
El paso siguiente, con el comicio ganado, será plantear ante las autoridades que no puede haber dos centrales con el mismo nombre; de esa manera intentará licuar -adelanta Clarín- la representatividad del sector opositor que lidera Pablo Micheli.
La CTA se encuentra dividida desde hace casi cuatro años, cuando los líderes de las corrientes mencionadas (una a favor y otra en contra del Gobierno) se enfrentaron en una elección que terminó con denuncias cruzadas de fraude y un resultado incierto porque ambos candidatos se declararon ganadores. Todo se resolvió con un fallo salomónico del Ministerio de Trabajo, que prorrogó los mandatos de todos y dejó al sindicato dividido en dos sectores.
La segunda parte del plan es más ambiciosa aún: el kirchnerismo planea armar una lista en la Asociación de Trabajadores del Estado con la que aspira a ganar las elecciones que se celebrarán en 2015.
Lo que aún no esta claro es quién será el candidato oficialista: el nombre que suena más fuerte es el de Edgardo Depetri, el diputado ultrakirchnerista que fue fundador de la CTA; el otro apuntado es Juan González, un dirigente estatal correntino que estuvo en ATE junto a Víctor De Gennaro.
El interés por el gremio de los estatales se potencia porque se trata del sindicato que mayor cantidad de afiliados (sostén económico) le aporta a la CTA opositora que encabeza Micheli.