Desde la llegada de Nicolás Maduro al poder, Venezuela profundizó su crisis económica, social y política. Sumado a ese clima de inestabilidad, desde febrero el Gobierno bolivariano mantiene el enfrentamiento con los estudiantes venezolanos y ciertos sectores de la oposición que exigen un cambio de conducción. La última señal de debilitamiento del chavismo se reflejó con las numerosas críticas públicas de diferentes funcionarios del PSUV. Este descontento generalizado se ve plasmado en los últimos sondeos, que indican que el presidente venezolano bajó 20 puntos su popularidad desde la muerte del ex jefe de Estado Hugo Chávez.
Este dato fue revelado por una encuesta realizada por Keller y Asociados sobre el segundo trimestre de 2014. Al momento del fallecimiento de Chávez, Maduro contaba con una imagen positiva del 57 por ciento. Hoy, a casi un año y medio, su popularidad sufrió un considerable descenso hasta el 37 por ciento.
Según consigna El Nuevo Herald, ésta y otras encuestas arrojan que dos terceras partes de los venezolanos se pronuncian abiertamente sobre la necesidad de un cambio de gobierno.
Marco Hernández, presidente de la encuestadora Hernández Hercón, explicó que esta tendencia no sólo responde a un problema en la imagen de Maduro, sino además a un creciente descontento en los propios sectores chavistas, que de a poco comienzan a cuestionar más abiertamente la gestión del presidente.
Mientras tanto, otros chavistas históricos, que han acompañado al comandante desde sus comienzos, exigen públicamente un cambio en el mando.
"El chavismo en su totalidad está perdiendo respaldo popular, y dentro de las filas que tradicionalmente lo han apoyado, hay un número cada vez mayor de personas que no se sienten identificadas con Maduro, ni con el proceso revolucionario", analizó Hernández.
De acuerdo con datos aportados por esa encuestadora, el 71 por ciento de los venezolanos considera que las cosas en Venezuela van por mal camino. Apenas el 25,7 cree lo contrario.
Asimismo, el 72,4 por ciento sostiene que la situación económica ha empeorado, y un 73,2 se muestra pesimista respecto de que el panorama se revierta. "La grave crisis económica por la que atraviesa el país –con el sector privado virtualmente paralizado, estantes vacíos en los supermercados y la mayor tasa de inflación del mundo– está erosionando no sólo las lecturas favorables del chavismo, sino, también, el propio legado de Chávez", apuntó Hernández.
Incluso una encuesta realizada por Keller reflejó el desacuerdo de gran parte de los encuestados con respecto a algunas de las políticas económicas más emblemáticas del chavismo. En ese sentido, el 71 por ciento se pronunció en contra de las expropiaciones, el 85 por ciento rechazó la imposición del gobierno a los dueños de vivienda a vender sus propiedades a los precios estipulados por el propio Ejecutivo, y el 82 por ciento objetó que las empresas estén imposibilitadas de despedir a empleados que no asisten al trabajo.
A diferencia de lo que ocurría años atrás, el partido oficialista PSUV empieza a perder apoyo en los sectores sociales más bajos. "Cuando se realiza la segmentación socioeconómica, ya no existe apoyo mayoritario al PSUV, al chavismo en general o al gobierno en los sectores más populares. Allí, el gobierno ha perdido la batalla y la mayoría dentro de los sectores populares [los sectores D y E] están en contra del gobierno", subrayó Alfredo Keller, presidente de la encuestadora Keller y Asociados en Caracas.
En el sondeo realizado por Hernández Hercón, se divide a la sociedad en cuatro sectores: A, B, C y D. Un 88,4 por ciento de los encuestados que pertenecen a los primeros dos sectores (los de mayores recursos), reprueban la situación general del país. En la clase media (sector C) el rechazo es del 73,95 por ciento, mientras que en los de menos recursos (D y E) es del 62,22.
Una usual declaración de los funcionarios chavistas para dar cuenta de un supuesto éxito de la Revolución Bolivariana es que bajo este modelo Venezuela ha logrado convertirse en una "potencia mundial".
Una encuesta elaborada por Keller revela que el 60 por ciento de los consultados rechaza este pronunciamiento.
"Ya la gente no cree mayoritariamente –en más de un 60 por ciento– en el socialismo del siglo XXI", comentó Keller.
"Piensa que es un modelo que no funciona. Eso es lo que tenemos hoy en día, a diferencia de la situación de hace unos cuatro años. También la mayoría de la población, también cercana al 60 por ciento, considera que el modelo que se está ejecutando nos lleva a una situación de precariedad similar a la de Cuba", concluyó.