Comenzada la cuenta regresiva para conocer si la Argentina volverá a caer en default, los mercados internacionales parecen haber ya realizado sus apuestas: a diferencia de lo que sucedió en la Bolsa porteña, los bonos nacionales no registraron grandes pérdidas en las mayores plazas del mundo en los últimos días.
Faltan tan sólo treinta días para que se cumpla el período de gracia que el gobierno argentino tiene para cumplir con el pago a los bonistas con títulos regidos por la ley de Nueva York. El jueves, el ministro a href="http://www.infobae.com/personajes/axel-kicillof-a827" rel="noopener noreferrer" Axel Kicillof/a anunció que ese dinero había sido transferido. Pero, poco después, el juez Thomas Griesa ordenó impedir el pago, a la espera de que la administración de Cristina Kirchner llegue a un acuerdo con los holdouts que ganaron el juicio para cobrar la totalidad de sus bonos.
Ante ese panorama, los más pesimistas dan por hecho que el país caerá en cesación de pagos. Algo de ese clima se trasladó a la Bolsa de Buenos Aires, donde este lunes los títulos públicos tuvieron importantes pérdidas. Las mayores caídas fueron para los Discount en dólares con ley Nueva York emitidos en el canje de 2010 (DIY0), con -4,3 por ciento. Los Discount en dólares regidos por ley de Nueva York (DICY) con vencimiento en diciembre de 2033 lo siguieron con un -2,5 por ciento.
Pero en los mercados internacionales la opinión parece ser otra, ya que no se produjeron grandes descensos en las últimas jornadas. El lunes, esos mismos bonos con vencimiento en 2033 se vendieron a u$s0,84 por dólar, una cifra apenas inferior a los u$s0,852 en que se cotizaban el viernes.
"Me gusta que Argentina esté contra la pared. Eso va a hacer que se sienten en la mesa", evaluó un inversor
Gorky Urquieta, codirector de deuda de mercados emergentes de Neuberger Berman destacó que su firma de inversiones aún mantiene un abanico de bonos argentinos en su cartera. Incluso aventuró que si se produce una venta masiva de ellos, podría ofrecer una gran oportunidad para la compra.
"Me gusta el hecho de que Argentina está contra la pared", destacó. Incluso fue optimista acerca de la dureza que el juez Griesa mostró con los pedidos para que se habilite un "stay" que postergue la orden de pago a los holdouts y permita cumplir con el depósito a los tenedores de títulos bajo ley neoyorquina. "Eso va a hacer que se sienten en la mesa", consideró.
Las tres grandes agencias de calificación de crédito – Standard & Poor's, Fitch y Moody's – aclararon en los últimos días que si Argentina no cumple con el pago, eso no implica que su calificación sea inmediatamente reducida a la categoría de default. Pero las dos primeras coincidieron en que pueden bajar la nota en cualquier momento de estos 30 días de gracia, según cómo se dé el desarrollo de las negociaciones.
"El problema con este Gobierno es que nunca se sabe qué va a hacer y la estrategia con los holdouts es un ejemplo: un día dice una cosa y al día siguiente la otra", explicó este fin de semana el encargado de la deuda soberana para Moody's, Gabriel Torres.
Esta semana, sin embargo, la edición en español del The Wall Street Journal se mostró optimista al respecto. En la nota "Para Argentina, cuenta regresiva de un mes para evitar otra cesación de pagos", los periodistas Nicole Hong y Ken Parks señalaron: "Los bonos argentinos se están cotizando a niveles que sugieren que los inversionistas confían en que el país y los acreedores que lo demandaron alcanzarán un acuerdo".