El gobierno de Uruguay junto al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) está ultimando los detalles de lo que será el arribo de los refugiados sirios al país rioplatense. Montevideo ya confirmó que serán 120 las personas que llegarán desde el país asiático, y que el primer grupo lo hará en el mes de septiembre.
Sin embargo, la sensibilidad de este tema siempre es motivo de numerosos interrogantes sobre cómo se desarrollará el proceso de integración de esta gente que busca escaparle a una guerra que lleva más de tres años.
En diálogo con iInfobae América/i, la oficial de protección regional de la Acnur, Michelle Alfaro, explicó cómo el organismo internacional suele trabajar en este tipo de casos y dio cuenta de algunos detalles esenciales que se suelen dar en estas experiencias.
La funcionaria explicó que el mismo Alto Comisionado fue el que solicitó a la comunidad internacional albergue para los refugiados sirios, aunque aún no está definido qué otro país, además de Uruguay, se adherirá a esta iniciativa. "El pedido fue específicamente para 30 mil personas este año". "Hay muchos países que se están comprometiendo para recibir gente. En este momento se están reuniendo en Ginebra para tratar este tema", agregó.
"Lo que está haciendo Uruguay es un muy buen ejemplo. Es un ejemplo solidario, y una iniciativa muy humanitaria. Ojalá otros países de la región hagan algo similar", señaló Alfaro.
La última semana el canciller uruguayo, Luis Almagro, reveló que la mayor cantidad de refugiados que llegarán a Montevideo en septiembre serán menores de edad. Ante la consulta de este medio sobre qué suele ocurrir con aquellos jóvenes que llegan sin familia, la oficial de protección regional aclaró que generalmente los chicos no llegan solos, sino con algún integrante de su familia.
"En general la experiencia que tenemos, los chicos que llegan a la frontera están buscando parientes que ya conocen, que están ahí. Pueden llegar solos a la frontera, y después reunirse con sus parientes", remarcó Alfaro, quien explicó que esto se ve mucho hoy en día en países como Jordania o el Líbano, donde hay asentado un gran número de refugiados sirios.
En este caso particular, aseguró que el gobierno de José Mujica, al igual que la Acnur, ya tiene claro que serán "niños acompañados con sus padres, no van a ser niños no acompañados".
La funcionaria del organismo que responde a las Naciones Unidas subrayó que la elección de las personas responde a ciertos criterios fundamentales y, a su vez, que muchas veces el gobierno dispuesto a recibirlas también presenta algunos requisitos a ser cumplidos.
En esa línea, Alfaro sostuvo que la elección "muchas veces se basa en la vulnerabilidad de la gente, en la necesidad de protección. Otras veces son casos de víctimas de torturas". Agregó que "a veces hay ciertos pedidos del gobierno, como por ejemplo cierto porcentaje de niños y de mujeres".
No obstante, remarcó que "hay que ver si el gobierno está preparado para recibir la gente". Por eso, el organismo internacional se dedica a "acompañar al gobierno en cuestión y dar apoyo técnico, y considerar ciertas cuestiones como el acceso a la educación, a la salud y a la vivienda". "Es todo un proyecto complejo que tiene que armar el país", sintetizó.
Alfaro recordó una experiencia que se desarrolló de manera positiva en la región, cuando entre 2007 y 2008 llegaron palestinos e iraquíes a Chile. "En Chile teníamos una comunidad importante de palestinos, y ayudaron mucho a ese proceso de integración", recuerda.
Si bien en Uruguay no existe una comunidad importante de sirios, la funcionaria de la Acnur consideró que ya se han garantizado ciertos elementos fundamentales que permitirán que se pueda desarrollar un efectivo proceso de integración. Asimismo, resulta esencial "preparar a las comunidades que los van a recibir". Es decir, "acompañar a la gente una vez que llegan", "hacerles entender cosas de la nueva cultura" para así "facilitar el proceso".
La última semana el canciller uruguayo reveló que el grupo inicial, que será de 40 personas, se alojará en una casa de retiro de los Hermanos Maristas, ubicada en las afueras de Montevideo. Allí permanecerán 90 días hasta que puedan alojarse en viviendas particulares.
El resto de los refugiados llegará en dos viajes sucesivos, que se realizarán en febrero próximo y el otro en una fecha aún por determinar.
El funcionario del gobierno del presidente Mujica reconoció que aún faltan coordinar "detalles mínimos de la operación", aunque todo está "bien encaminado" y ya están resueltos "los temas presupuestales, los temas logísticos, los temas de apoyo".
Con respecto al tema presupuestario, Alfaro explicó que existen dos tipos de reasentamientos: tradicional y solidario. El primero "es en el que el Estado cubre todos los gastos", precisamente en el que incurrió Uruguay para recibir a los refugiados. En el otro caso Acnur apoya con ciertos fondos, completó la funcionaria.
Pero, una vez asentados en el país de destino, ¿cuál es el alcance que tiene esta recepción? "En principio cuando se hace un asentamiento se ofrece de manera permanentemente. Eso no quiere decir que la gente no puede volver a su país de origen. Ellos tienen la decisión. Llegan como refugiados y con el tiempo tienen su residencia permanente", apunta Alfaro, quien al mismo tiempo añade que "tienen derecho al trabajo". Aunque aclara: "Esto no es una garantía de que van a conseguir. Siempre depende de ellos y de sus esfuerzos, y de lo que haya en el mercado".
A pesar de la confirmación del gobierno uruguayo de que el primer contingente de refugiados llegará en septiembre, Alfaro prefirió no poner plazos aunque aseguró que "eso depende del gobierno y no de Acnur".
Como explica la funcionaria del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el proceso de integración es complejo y requiere mucho trabajo de ambas partes. Sin embargo, el presidente Mujica desde su ofrecimiento en el mes de noviembre de 2013 hasta el día de la fecha se viene mostrando muy firme en su postura, y hasta algunos medios de Uruguay sostienen que el mandatario lo que busca es que su gesto humanitario sea un gesto para el mundo.