En la actualidad, para muchos niños y adolescentes comer sano también tiene que ver con una carrera de obstáculos. Hay consenso internacional entre los especialistas acerca de la importancia de luchar contra los ambientes y entornos tóxicos en los cuales los chicos se mueven y desarrollan a diario, dejando un poco de lado el determinismo de la genética.
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI y donde más "pega" es en las poblaciones urbanas. Allí surgen con claridad los cambios profundos en los hábitos alimentarios de los niños y adolescentes contemporáneos que se produjeron en las últimas décadas en los entornos donde viven. Y también allí radica la importancia de intervenir para transformarlos en espacios que fomenten la alimentación saludable.
La clave sobre la que los especialistas trabajan como "llave del cambio" es la alimentación saludable temprana. Desde la lactancia materna como inicio fundamental y fundacional hasta los primeros mil días de su vida.
Hoy si revisamos la dieta de los niños y adolescentes argentinos encontramos que está "cargada" de alimentos industrializados y envasados. Su alimentación tiene alta densidad calórica, rica en grasas y azúcares simples y grasas trans que atentan contra su calidad alimentaria.
El problema adquiere magnitud cuando se advierte que el desarrollo de la obesidad infantil puede favorecer la aparición de problemas metabólicos como la diabetes, enfermedades cardiovasculares o hipertensión arterial.
Máximo Ravenna, médico clínico, psicoterapeuta y director médico del centro terapéutico que lleva su nombre, contextualiza el tema a Infobae: "En la obesidad infantil no sólo influye la carga genética y la alimentación del niño sino también el ambiente tóxico en el cual se encuentra, el estado de sedentarismo, la oferta constante de comida chatarra, la falta de actividad física frente a la tecnología. Todo esto contribuye a que este fenómeno avance. La obesidad infantil está teniendo un crecimiento impresionante, y el problema es que genera trastornos psicosociales, diabetes y problemas de colesterol en sangre".
La obesidad infantil alcanza en los prepúberes entre un 6% y un 9%; mientras que la obesidad sumada al sobrepeso alcanza un 35% entre los adolescentes de 13 y 15 años.
Kioscos saludables y argentinos
Los hábitos alimentarios, en especial los snacks y almuerzos en la escuela, siguen en la mira porque están lejos de ser saludables. Y sobre todo porque quedan lejos de la supervisión de los padres.
El escenario se agrava cuando los kioscos dentro de las escuelas, como lugares estratégicos de acceso a los alimentos en el día a día de los chicos, no colaboran y exhiben como oferta golosinas, bebidas gaseosas y jugos artificiales y azucarados.
En la Argentina existe una iniciativa del Ministerio de Salud de la Nación llamada "kioscos saludables" que aún necesita más fuerza para dejar de ser una idea con probada efectividad en otras partes del mundo y pasar a ser una opción para los chicos argentinos.
Jonatan Konfino, coordinador del a href="http://www.msal.gov.ar/argentina-saludable/" rel="noopener noreferrer" Plan Nacional Argentina Saludable/a, explica a Infobae: "La idea de los kioscos saludables implica la promoción de la salud a nivel escolar y la formación de hábitos saludables para crear entornos que favorezcan la salud de los chicos. Por ahora se trata de recomendaciones nutricionales sobre alimentos, tamaño adecuado de las porciones y envases individuales".
"Los kioscos saludables es un tema que está presente en la agenda de trabajo conjunto entre el Ministerio de Salud de la Nación y los entornos escolares, porque sabemos del aumento de la obesidad infantil y medidas como ésta se saben efectivas. Aún no está implementada como una estrategia nacional, por ahora son sólo sugerencias".
En Brasil y Estados Unidos se han aprobado leyes nacionales para programar menúes y productos saludables en los kioscos y comedores escolares.
Agrega Konfino a Infobae: "Por ahora el estatus legal en la Argentina sobre "kioscos saludables" es una ley marco que cuenta con media sanción en Diputados. Hay provincias como San Luis, La Pampa y Ciudad de Buenos Aires que ya han desarrollado la iniciativa en las escuelas. El tema igualmente no se agota en las recomendaciones sobre qué ofrecer y qué no. Es muy importante la implementación, porque si un kiosco escolar tiene bananas y manzanas, pero los chicos no las ven, ni lo saben, es lo mismo que nada".
La industria alimenticia es parte del problema: muchos de los mensajes publicitarios apelan a consumir porciones gigantes de alimentos industrializados.
Sin embargo, para Konfino, la industria alimenticia es receptiva a la hora del diálogo y de impulsar estrategias de alimentación saludable conjuntas con el Estado. Hasta ahora el ejemplo más claro y que posiciona a la Argentina con legislación de avanzada frente a Europa y Estados Unidos es su proclamación como "país libre de grasas trans" a fines de 2014.
Las grasas trans –aceite líquido hidrogenado sólido– están presentes en golosinas, galletitas, tortas, panes, budines y chocolates. Y su efecto en el cuerpo es más dañino que el de la grasa saturada de la manteca y la crema.
Konfino puntualiza a Infobae: "Por ley del Congreso Nacional en diciembre de 2014 finaliza el período ventana para prohibir definitivamente la venta en la Argentina de alimentos que contengan grasas trans. Tanto esta iniciativa como lo que será la implementación de los "kioscos saludables" demuestran un Estado que asume un rol de responsabilidad frente a la sociedad".
La campaña "Argentina 2014 libre de grasas trans" arrancó en el año 2010 y todavía tiene pendiente el control de que todas las empresas de alimentos realicen las modificaciones tecnológicas necesarias para adecuarse al nuevo artículo establecido en el Código Alimentario Argentino.
La ley establece para los alimentos industrializados que el contenido de grasas trans no supere el 2% en aceites vegetales y margarinas (plazo que venció en el 2012) y que no supere el 5% del total de grasas en el resto de los alimentos.
Dice Ravenna: "Respecto de los kioscos saludables, hay que entender que dentro de un ámbito escolar es posible generar una oferta que libere a los chicos de los productos con azúcar y jarabe de fructosa, que generan adicción, como las gaseosas y las golosinas. Las opciones saludables son frutas, yogures, tartas con poca cantidad de harina, gelatinas y cereales sin azúcar".
Esa educación debe apoyarse desde las escuelas fomentando tanto la alimentación saludable como también el movimiento, la actividad física y los deportes.
Para Ravenna, entre los factores que atentan contra la obesidad infantil identifica a los "malos" desayunos, el "picoteo" entre las comidas, el abuso de snacks y galletitas y la desconexión de los padres a la hora de las comidas.
La clave del cambio
La mayor ventana de oportunidad para que la nutrición tenga un impacto en la salud es durante los primeros mil días de vida, contados desde la concepción y abarcando toda la gestación y hasta los dos años de edad, cuando se desarrollan los órganos y los sistemas biológicos. Una buena manera de proteger el potencial de desarrollo físico e intelectual del adulto futuro.
Esteban Carmuega, médico pediatra especialista en nutrición y director del a href="http://www.cesni.org.ar/" rel="noopener noreferrer" Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI/a), explica: "La última evidencia científica sugiere que un gran porcentaje y probablemente más del 50% del desarrollo de la salud futura del bebé y del riesgo de enfermedad está determinado por factores ambientales (nutrición, cuidados de la salud, higiene, educación) y no sólo por factores genéticos, de modo que es posible para nosotros actuar sobre ellos".
Durante un simposio internacional de nutrición temprana realizado en Salta hace pocos días, los especialistas aseguraron que si se logra que los niños tengan la mejor nutrición durante los primeros mil días de vida, la batalla por un desarrollo saludable estará cerca de ser ganada.
Enfermedades colaterales
Los niños y adolescentes obesos tienen un mayor riesgo de convertirse en hipertensos. La prevalencia en la infancia es de 1% a 3% y llega al 10% en la adolescencia. El sedentarismo y la mala alimentación son los principales factores.
Según la Sociedad Argentina de Hipertensión, existe una incidencia tres veces mayor de la enfermedad en adolescentes obesos, si se los compara con chicos de la misma edad con peso normal. Al respecto, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires implementó programas para concientizar a la población joven y a padres sobre la importancia de medir la presión en este universo de niños.
Según un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría, la prevalencia de hipertensión arterial en la infancia es de 1% a 3% y llega al 10 por ciento en la adolescencia. Una de las características del desarrollo de esta enfermedad que más preocupa a los médicos es que cada vez existe un mayor número de pacientes pediátricos que padecen la hipertensión "esencial", aquella asociada a los estilos de vida, como el sedentarismo o una alimentación con alto contenido de grasas y sodio.
De acuerdo a un relevamiento realizado durante el año pasado por el Ministerio de Salud provincial sobre 2.474 niños y adolescentes de 1º a 6º grado de escuelas primarias bonaerenses, el 20,21% era obeso o tenía algún grado de sobrepeso.
Michelle Obama en guerra
No es nuevo el compromiso político y de gestión de la primera dama de la Casa Blanca Michelle Obama en contra de la obesidad infantil. Su lucha se basa en desarrollar programas nacionales de comida saludable en las escuelas y en fomentar el movimiento como herramienta para una vida saludable.
Uno de los más conocidos es Let´s Move, que contó con el apoyo y la participación de las celebrities internacionales más importantes convocadas por la propia Michelle. El impacto fue tanto, que generó resistencia en la propia industria alimenticia norteamericana.
En los Estados Unidos el panorama tampoco es alentador: la obesidad infantil llegó para quedarse y se la considera una epidemia. "En mi país, uno de cada 3 chicos sufren de diabetes tipo 2, debido a su calidad alimentaria", declaró hace pocos días Michelle Obama.
Agrega Ravenna: "Actualmente en EE.UU se discute con la industria la idea de diferenciar los envases de los alimentos que no aportan nutrientes y que lleven una etiqueta que diga: comer dos veces a la semana. O bien diferenciar a los alimentos por categorías de colores, en donde por ejemplo lo verde sea lo saludable para que la gente sepa qué elegir cuando quiere comer sano".
"Tener el control total sobre lo que comen los niños es difícil, por lo cual todo comienza por la educación que reciben en su casa sobre cómo alimentarse", concluye.