1. La censura en internet
Controlar la libertad de prensa, de expresión o de pensamiento en un país con 1.360 millones de habitantes parecería ser una faena imposible. Sin embargo, el régimen chino lo ha logrado, y una de sus herramientas son las restricciones en el acceso a internet. El Gobierno comunista dispone de distintos sistemas digitales para vigilar los contenidos que se vuelcan en la red, a la vez que dispuso el bloqueo de las principales redes sociales, como Facebook, Twitter y YouTube. Weibo, plataforma de microblogging que se popularizó en China, sufre censura constantemente, mientras que los resultados de búsquedas, como de Google por ejemplo, están filtrados y seleccionados.
2. La pena de muerte
No es el único país que la aplica, ni el primero en ser cuestionado por no haber abolido la pena capital, pero según Amnistía Internacional, China es el que mayor número de ejecuciones realiza por año, con un promedio de 778. Hay más de 50 delitos que son castigados con la pena de muerte, como los crímenes de amenaza a la seguridad pública, la divulgación de secretos de Estado, la violación sexual y la aceptación de sobornos por parte de funcionarios públicos. Hubo, no obstante, un avance. En 2011, los fraudes con tarjetas de crédito y el tráfico de animales o piedras preciosas dejaron de ser castigados con la muerte.
3. La política del hijo único
A diferencia de otros países que buscan incentivar los nacimientos, China mantiene un estricto control de natalidad y ha establecido como regla general la política de un solo hijo por familia para evitar el crecimiento poblacional. Esa medida ha sido duramente cuestionada, por ser una restricción a la libertad y, en especial, porque culturalmente los chinos han preferido los varones, por lo que ha habido miles de casos de abortos y asesinatos de niñas. A fines del año pasado, la política se flexibilizó. Si antes la excepción para tener dos niños era que los dos padres fueran hijos únicos, ahora con que solo uno de ellos lo sea alcanza para tener una familia más grande.
4. Prohibido reencarnar en el Dalai Lama
Por las dudas, desde 2008 el Gobierno comunista firmó un decreto que prohíbe que Buda pueda reencarnarse en otra persona. Esto se debe a que, desde 1950, China está en conflicto con el Tibet, cuyos habitantes tienen una religión y un idioma distinto y reconocen al Dalai Lama como su líder espiritual y político, según recuerda el portal Europa Press. El Dalai Lama es considerado la encarnación de Buda en la Tierra y, como China cree que cuando el hombre muera se terminará el conflicto, se dispuso a que nadie lo suplante. De hecho, en 1995, el Dalai había dicho que un niño de 6 años sería su sucesor, pero unos días más tarde el pequeño desapareció.
5. Prohibidas las películas sobre viajes en el tiempo
China estableció que no se puede filmar ni transmitir ninguna película o serie que muestre saltos temporales, porque considera que es una forma irrespetuosa y frívola de tratar a la historia, a la vez que alimentan supersticiones, mitos y mentiras. "No podrá haber fantasía, viajes en el tiempo, compilaciones al azar de historias místicas, tramas bizarras, técnicas absurdas e incluso la propaganda de supersticiones feudales, fatalismo y reencarnación, lecciones moralmente ambiguas, y falta de pensamiento positivo", dice el decreto firmado en 2014. De esta forma, films como iTerminator/i y iVolver al Futuro/i fueron censurados.