La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia venezolano (TSJ) dio el visto bueno para que los militares participen en actos políticos, al rechazar la acción de amparo presentada por el Frente Institucional Militar (FIM) contra la ministra de Defensa, Carmen Meléndez.
De acuerdo con esa denuncia, presentada en marzo, la funcionaria chavista les había ordenado a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) acudir a la movilización que organizó el gobierno de Nicolás Maduro el pasado 15 de marzo para respaldar la actuación de la Guardia Nacional (GN) durante las protestas estudiantiles.
"La participación de los integrantes de la FANB en actos con fines políticos no constituye un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación democrática y protagónica", afirmó el TSJ, según recoge el periódico El Nacional.
El máximo juzgado, en su sentencia número 651, aseguró que los uniformados, por su mera condición, no están excluidos de ejercer el derecho previsto en el artículo 62 de la Constitución y "participar libremente en los asuntos políticos y en la formación, ejecución y control de la gestión pública".
El tribunal agregó que la participación de este colectivo en los asuntos comunes "se erige como un acto progresivo de consolidación de la unión cívico-militar". De esta forma, también autorizó a que los uniformados puedan corear consignas como "Independencia y patria socialista. ¡Viviremos y venceremos!" o "¡Chávez vive! ¡La patria sigue!".
"En todos los ejércitos del mundo existe el saludo militar, cuya manifestación responde a la idiosincrasia o cultura del país o al momento histórico, social y político por las que hayan atravesado", señaló el TSJ en respuesta a las objeciones formuladas desde el FIM.
En la mayoría de los gobiernos de la región, como el de Colombia, las Fuerzas Armadas han intentado mantener el poder militar separado de las influencias políticas, si bien responden al Presidente de la República. Sin embargo, en Venezuela, con el chavismo -un movimiento que desde sus orígenes ha estado imbricado con el militarismo- esto no es así.
En las distintas marchas convocadas por la oposición desde febrero, los miembros de las fuerzas de seguridad han tomado partido por el Gobierno, reprimiendo con ferocidad a los manifestantes.