La recta final de la campaña electoral en Colombia se vivió con mucho hermetismo y polémica entre los dos principales candidatos, Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos, entre acusaciones y denuncias cruzadas. A tan sólo siete días de la primera vuelta, que se celebró el domingo 25 de mayo, un video que aparentemente mostraba al candidato uribista con el hacker Andrés Sepúlveda encendía una señal de alerta para el delfín político del ex presidente Álvaro Uribe. Sin embargo, ese temor se derrumbó cuando se conoció que Zuluaga se había impuesto en las urnas con el 29,27% de los votos.
Ante las versiones que indicaban que este escándalo perjudicaría la campaña del candidato opositor, ¿por qué esto finalmente no terminó dañando su imagen? "Cuando se conoció eso, Zuluaga apareció como una víctima. Y victimizarse gana votos", sentenció Edulfo Peña, editor del diario El Tiempo, en diálogo con Infobae América.
Francisco Miranda, editor consejero de la revista Semana, publicación que difundió aquel video, coincidió en la idea de victimización expuesta por Peña al recordar que desde el Centro Democrático, partido del uribismo, se consideraron "víctimas de un montaje".
El domingo 18 de mayo, a tan sólo una semana de las elecciones presidenciales, los rumores de un supuesto vínculo entre Zuluaga y el hacker Andrés Fernando Sepúlveda Ardilla -acusado de haber realizado interceptaciones ilegales a miembros de la mesa de negociaciones de paz con las FARC- parecían tomar forma ante las imágenes expuestas por el video.
Inmediatamente este documento fue capitalizado como bandera de la oposición para desprestigiar la imagen del candidato uribista. Mientras tanto, desde el Centro Democrático tampoco demoraron en salir a desmentir cualquier tipo de conexión con esas interceptaciones.
"El ataque es la mejor defensa", señaló Miranda, quien subrayó que la estrategia adoptada por el partido encabezado por el ex presidente Uribe fue "atacar al gobierno de Santos y a la revista que publicó el video al denunciar que el contenido del material fue motivado políticamente".
Alejandro Santos, sobrino del actual presidente, es el director de la revista Semana. Una vez publicado el video, la oposición utilizó este nexo familiar como uno de sus principales bastiones para agregar nuevos fundamentos a la teoría de que las imágenes respondían a un montaje político, según cuenta Miranda.
El viernes 23 de mayo el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI) respaldó el contenido del video al certificar que era original, y que no se trataba de un montaje. "Para cuando la Fiscalía ratificó que era un video auténtico, la campaña de Zuluaga había recorrido los medios de comunicación para confundir y lanzar una defensa contra ese video", apuntó el editor de Semana.
El bajo impacto reflejado en las encuestas
En la última edición de la revista Semana, del pasado 8 de junio, se publicaron cinco encuestas, entre las cuales en una se consultó a la gente sobre el escándalo del video. La pregunta era si los colombianos creían que efectivamente se trataba de un montaje o si consideraban que el material era verídico.
"De los encuestados, el 30% dijo que era un montaje, el 38% dijo que le creía a Santos, mientras que el 12% respondió que no sabía", explica Miranda. Es decir, "uno de cada tres cree en la Fiscalía; y un quinto de los colombianos le cree a Zuluaga".
A pesar de haber sido mayor el porcentaje de gente que respaldaba la determinación de la Fiscalía, el editor de esa revista aseveró que "es una prueba estadística de que no le afecté" el escándalo de las supuestas intercepciones ilegales.
"Una campaña bien manejada"
A pesar de la polémica desatada por el video, los dos periodistas colombianos coincidieron en que el uribismo planteó una campaña muy inteligente, "en términos de estrategia, de campaña, en sus reacciones, en su manejo publicitario, y en su estrategia de mensaje".
Miranda reconoció que "no es nada fácil ganarle una primera vuelta a un presidente en ejercicio", mientras que Peña atribuyó gran parte del repunte de Zuluaga a la gran aceptación que tiene el ex presidente Uribe en la sociedad colombiana.
"Álvaro Uribe es el ex presidente con más reconocimiento que ha tenido este país en toda su historia. Es un derrotador de encuestas", analiza el editor de El Tiempo, quien agrega que el ex jefe de Estado, acérrimo rival político de Santos –su ex ministro de Defensa-, "se mantiene ahí arriba desde 2002".
Con respecto a la derrota del actual presidente en primera vuelta –para muchos sorpresiva-, Peña marcó dos factores como las principales causas del revés electoral: los paros del sector agropecuario y la lenta resolución del proceso de paz en La Habana.
De cara al ballottage del próximo domingo 15, el editor de El Tiempo opinó que "no hay líneas claras" para poder apuntar a un posible ganador. De hecho, los últimos sondeos dan un empate técnico entre los dos contrincantes.
Sin embargo, Peña sostuvo que "el tema de la paz podría definir la elección", ya que se trata del "punto de mayor discusión y controversia".
El editor de Semana se alineó a la idea de que al presidente Santos lo perjudicó las lentas negociaciones con las FARC. Además, consideró que el mandatario no logró tener una fuerte llegada a la sociedad, como sí lo hizo el ex presidente Uribe, quien se ganó el respeto de gran parte de los colombianos por los esfuerzos militares realizados durante sus ocho años de gobierno.
"El presidente Santos no ha convencido a los colombianos de la necesidad de la paz. No utilizó la bandera de la paz con mucho convencimiento", expresó Miranda. Y agregó: "Los colombianos han estado desconectados de esa negociación. Y están reacios a ciertos costos, como que la guerrilla entre a la política, o que no paguen ninguna pena".
En vísperas de la segunda vuelta del domingo, el periodista remarcó que tanto Zuluaga como Santos se han corrido de sus propias posiciones para atraer a otros sectores, con el fin de obtener la mayor cantidad de votos.
"Lo que está haciendo Zuluaga es seguir el camino adecuado para ganar en segunda vuelta, que es moverse al centro. Ese 29,27% que votó por Zuluaga es el corazón del uribisimo, no quiere una negociación con la guerrilla", explicó el editor consejero, en referencia al acuerdo que alcanzó el Centro Democrático con el Partido Conservador, de Marta Lucía Ramírez, "que acompañó a Uribe durante todo su gobierno".
Desde un principio, el partido encabezado por el ex presidente Uribe se mostró en contra del diálogo con las FARC, pero con el tiempo fue flexibilizando su posición. Un día después de las elecciones, y en vísperas del acuerdo con el Partido Conservador, Zuluaga aseguró que mantendrá el diálogo en caso de llegar a la Casa de Nariño.
"Ellos se mueven hacia el centro y suavizan su posición, porque son conscientes de que no pueden ganar la segunda vuelta a href="http://www.infobae.com/2014/06/04/1570059-a-12-dias-la-segunda-vuelta-colombia-santos-y-zuluaga-se-concentran-las-alianzas" rel="noopener noreferrer" sin esa alianza/a", sostiene Miranda, quien subraya la misma necesidad en el caso del presidente Santos.
"Los santistas tuvieron que aliarse con su oposición declarada (el Polo Izquierdo) porque ya no tienen para donde escapar. Santos se fue hacia la izquierda y suavizó su postura económica".
Ante este nuevo panorama político, el periodista no duda en que "es más natural la alianza de Zuluaga con el Partido Conservador", aunque también aclara que esas concesiones que dieron ambos candidatos fueron por simple estrategia política.