La defensa de Boudou fue más cauta que la ensayada en medios

En su declaración indagatoria del lunes, el vicepresidente mostró menos vehemencia que la expuesta en sus dichos mediáticos. Criticó a dos ex presidentes y apuntó contra un empresario

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Télam
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En su declaración indagatoria de ayer, el vicepresidente de la Nación Amado Boudou se defendió con menos vehemencia que la expuesta en Twitter y por los medios durante la semana pasada. No lo "mandó a estudiar" al juez Ariel Lijo y le explicó los pormenores de una licitación que se realizó para modernizar la Casa de Moneda.

Tal como se preveía criticó al ex presidente Eduardo Duhalde por el desguace de Casa de Moneda. Pero también hizo lo mismo con Fernando de la Rúa. A ambos los acusó de haber dejado la Casa de Moneda en manos de la empresa Boldt. A esa compañía culpa Boudou de sus pesares judiciales. Es que Boldt tenía alquilada la planta de Ciccone cuando esa firma fue adquirida por gente que para la Justicia está vinculada con Boudou.

El vicepresidente negó conocer a Alejandro Vandenbroele, quien dirigió la nueva Ciccone. Reiteró que no lo conoce a pesar de que aquel vivió en su departamento de Puerto Madero. Y volvió a contar la historia de un inquilino que vivía en España y que a su vez se lo prestó a Vandenbroele. Dijo no conocer a Sergio Martínez, aunque se sabe que es amigo suyo y de su socio Núñez Carmona. Es que Martínez fue socio minoritario de The Old Fund, la empresa que se que quedó con Ciccone. Y esa relación lo pondría a Boudou cerca del negocio. Algo similar dijo sobre Jorge Capirone, el primer vicepresidente de la nueva Ciccone. Admitió conocerlo desde hace años, pero aseguró no verlo desde 1998 aproximadamente.

Fue cauto con el director de la AFIP Ricardo Echegaray. Dijo que "actuó bien" y que si él hubiera cometido un delito, el hombre de los impuestos debió haberlo denunciado. Pero nada de eso sucedió. Aseguró que no hay nada ilícito en su carta a favor de un plan de pagos para la nueva Ciccone. Y que a partir de su carta Echegaray rechazó el pedido de la compañía.

Mientras la semana pasada pedía a gritos que se investigara a empresarios por el manejo de los fondos usados para levantar la quiebra de Ciccone, ayer fue cauto. Señaló al banquero Raúl Moneta -afectado por un grave problema de salud- como el que financió la operación. Lo comparó con Alfredo Yabrán, quien también hizo negocios con los Ciccone.

 Adrián Escandar 162
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A Nicolás Ciccone y a su yerno Guillermo Reinwick los destrató. Los acusó de tener un guión estudiado para declarar ante Lijo. No confió en que sus denuncias de amenazas fueran ciertas y los asoció con negocios oscuros durante la dictadura. Para hablar de Reinwick introdujo en escena al sindicalista opositor al kirchnerismo Luis Barrionuevo. Dijo que es socio de Reinwick en un restaurante de Puerto Madero.

Con el juez Lijo, a quien criticó duramente la semana pasada, tuvo un pequeño roce cuando comenzó la declaración. Y eso quedó plasmado en la indagatoria. "Esto no es un diálogo", escribió Lijo y le pidió que siguiera declarando. Boudou le había preguntado a Lijo "de dónde surge que yo sea el dueño de Ciccone a través de The Old Fund". Luego la cosa se distendió. El juez mandó a comprar empanadas de jamón y queso y de carne y convidó varias rondas de café. Los abogados de Boudou también invitaron con vituallas. Mucho más distendida fue la declaración cuando comenzaron a desconcentrarse los manifestantes que habían ido a apoyar a Boudou. Estuvieron solo un par de horas frente a Tribunales. El vicepresidente entró a las 11 y se fue pasadas las 20.

La declaración de Boudou fue un emprolijamiento de lo que desordenadamente fue diciendo en los medios antes de presentarse. Que lo atacan los medios no kirchneristas, que no hay manera de vincularlo con The Old Fund, y que los Ciccone mienten. Aseguró que volverá para hacer una declaración menos técnica y más política. Aunque la de ayer tuvo contenido político: destacó los logros de Néstor y Cristina Kirchner, su tarea al frente de Anses y del Ministerio de Economía y vinculó a Duhalde con Boldt. Se defendió atinadamente. La Justicia evaluará sus dichos y luego definirá su situación. Fue un día largo. Para Boudou y para los que trabajan en los Tribunales. Un día extraño: nunca antes había declarado un vicepresidente en actividad imputado por un caso de corrupción.

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