Un fan de Pablo Lescano se había tatuado la firma de su ídolo y orgulloso de lo que había hecho, le mandó a su ídolo la foto con el tattoo que se había realizado en la espalda por Twitter.
La respuesta del líder de Damas Gratis fue: "¡Te cagaron! ¡Esa no es mi firma!". Esto generó una revolución en los medios de comunicación y en las redes sociales por la perlita desopilante.
Lo cierto es que Lescano se contactó de forma privada con su seguidor cordobés, Diego Andrés Ferreyra, y lo llevó con su tatuador, para que le cubrieran la firma trucha con el dibujo de su teclado modelo AK-47, colocando debajo su firma original.
Además, Pablo aprovechó para llevar a su fiel seguidor como acompañante de sus shows nocturnos. Luego de esta gran experiencia, el mismo Ferreyra se encargó de publicarlo en su cuenta de Twitter.