Lo condenaron por violador serial, pero jueces quieren bajarle la pena por "cruel e inhumana"

Un violador serial había sido sentenciado a 50 años de prisión; el fallo fue confirmado, pero con una salvedad: la causa volverá al tribunal que dictó la condena para que sus integrantes fijen un nuevo tiempo de castigo

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La decisión sorprende y potencia la discusión sobre la labor de la Justicia: un hombre fue condenado con dureza por violar a ocho mujeres, pero la Sala I de la Cámara de Casación Penal pidió que el castigo sea reformulado por considerar que la sentencia fue "cruel e inhumana".

En junio de 2011, el Tribunal Oral 16 de Capital Federal condenó a Fabricio Alberto Álvarez Albarracín a 50 años de prisión, tras comprobar que era un violador serial que actuaba siempre del mismo modo: se movía en una moto, abordaba a las mujeres por la noche, cuando estaban por ingresar a sus domicilios, y las sometía a todo tipo de abusos.

Este lunes la decisión judicial fue confirmada, pero se ordenó la revisión de la sentencia: los jueces Juan Carlos Gemignani, Luis María Cabral y Ana María Figueroa coincidieron en la calificación de los hechos y la responsabilidad del condenado, pero señalaron que sentenciarlo a medio siglo de cárcel implicaba "un trato cruel e inhumano" que violaba pactos internacionales firmados por la Argentina; por eso ordenaron que la causa vuelva al tribunal que dictó sentencia para que dicten una nueva pena.

Esto provocó la reacción de Deborah Huczek, abogada del Programa de Patrocinio de Querellas Para Víctimas de Delitos Graves, que representó a una de las jóvenes atacadas.

"Sólo el juez Gemignani sostuvo los 50 años; los otros dos magistrados ordenaron que se fije un nuevo monto de pena. Consideramos que este fallo tiene contradicciones y por eso vamos a apelar a la Corte Suprema de la Nación", adelantó la profesional en declaraciones al diario Clarín.

"Sostenemos que la pena es constitucional, es legal y por eso reclamaremos ante el Máximo Tribunal", remarcó Huczek tras el fallo que surgió luego de una apelación presentada por la defensa del sentenciado y por la misma fiscalía.

Ambas partes se apoyaron en que una condena de 50 años "atentaba contra la finalidad resocializadora". En base a ello sugirieron que el máximo imponible debería ser de 30 años.

Al momento de los abusos Álvarez Albarracín estaba en libertad condicional, ya que purgaba una condena a 4 años de prisión, y aún espera ser juzgado por causas anteriores.