El multimillonario Petro Poroshenko, conocido como el "rey del chocolate" por sus negocios de dulces y bombones, se proclamó hoy ganador de las elecciones presidenciales de Ucrania, tras difundirse los sondeos a pie de urna que le daban la victoria.
Propietario del próspero 'holding' que produce los chocolates Roshen, se enriqueció en los años noventa sobre las ruinas de la Unión Soviética. A sus 48 años posee una fortuna estimada en unos 1.600 millones de dólares, y fue el único empresario que no dudó en brindar abiertamente su apoyo financiero y mediático -con la cadena de televisión Kanal 5- a la contestación pro-europea en Kiev, que condujo a la caída del presidente Viktor Yanukovich.
Su popularidad aumentó exponencialmente a pesar de su pasado de tránsfuga: fue uno de los fundadores del Partido de las Regiones, la ex formación de Yanukovich, y su ministro de Economía. De ser elegido presidente ya ha prometido arreglar los problemas con Rusia y la insurrección separatista "en tres meses". Cuenta con el 44% de la intención de votos, lo que lo convierte en el gran favorito.
Poroshenko fue el principal patrocinador del Maidán (plaza), el movimiento de protesta pacífica que desembocó en violentos disturbios y condujo en febrero pasado al derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich. Durante la campaña, el candidato contó con la ventaja de ser el dueño de varios medios de comunicación, lo que le permitió eludir los debates y propagar su mensaje electoral sin apenas participar en actos.
Nada más conocer hoy su victoria tras los sondeos, ha prometido convocar elecciones parlamentarias antes de finales de año para acabar con la interinidad del Gobierno de unidad nacional creado tras la caída de Yanukovich.
Antes de presentar su candidatura, viajó a Crimea para intentar mediar en el conflicto en la península prorrusa, pero durante su visita a Simferópol fue increpado por una agresiva multitud, imágenes que han podido aportarle réditos electorales.
También le benefició el hecho de que Roshen fuera una de las principales víctimas del bloqueo al que Rusia sometió en 2013 a las exportaciones ucranianas, antes incluso del estallido de las protestas populares.
En cuanto a las tensas relaciones con el Kremlin, ha dado una de cal y otra de arena: prometió presentar una denuncia en los tribunales internacionales contra Rusia por la anexión de Crimea y, al mismo tiempo, normalizar las relaciones con el país vecino en un plazo de tres meses.
Poroshenko ha acusado a Rusia de instigar la sublevación prorrusa en el este ucraniano -dos regiones se han proclamado independientes- y ha abogado por reforzar las Fuerzas Armadas para defender el país en caso de una agresión exterior.
Como anunció antes de los comicios, ha reiterado que su primer viaje, una vez asuma el cargo, lo realizará al este prorruso, para recuperar la confianza de su gente en el Gobierno central.
En una muestra de su carácter camaleónico, Poroshenko fue uno de los fundadores del Partido de las Regiones, el más votado en el este rusohablante; y ostentó cargos de responsabilidad en el Gobierno cuando eran presidentes tanto Yuschenko como Yanukovich.