Jerusalén espera a Francisco

Infobae llegó a Tierra Santa para seguir los pasos del Pontífice. En un primer recorrido por la Ciudad Vieja, se sienten las expectativas por la visita papal. El camino ecuménico de un peregrino

Infobae 163
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Cae la noche en Jerusalén, es viernes y las calles se vacían de gente. Sólo se ven familias enteras que caminan para un mismo sitio: la Ciudad Vieja. Comienza el shabat, el día de descanso judío.

Mientras los religiosos se acercan al Muro de los Lamentos para dar comienzo a la jornada festiva, se mezclan con cristianos, musulmanes y armenios. Se debe a que el Papa visitará desde este domingo 25 de mayo un territorio santo para las tres religiones monoteístas más importantes.

Con su peregrinaje, busca exaltar el carácter ecuménico de su visita y, para que no queden dudas, llega acompañado por sus dos grandes amigos argentinos, el rabino Abraham Skorka y el referente islámico Omar Abboud.

Infobae ingresó a la Ciudad Vieja de Jerusalén por la puerta de Jaffa. Hasta allí sólo acceden vehículos autorizados o el transporte público. Sí está permitida la entrada a pie. Es cierto que, como toda ciudad israelí, hay fuertes medidas de seguridad, pero el panorama no se modificó por la llegada de Francisco. Eso recién sucederá el domingo 25 por la tarde, cuando el Papa aterrice en Tel Aviv, procedente de Belén. Lo que sí se palpita son los controles que deberán sortearse para acompañar al Pontífice en su travesía: centenares de vallas ya están esperando ser ubicadas en la entrada de la Ciudad Vieja y en sus recovecos interiores.

El a href="http://www.infobae.com/lugares/vaticano-a307" rel="noopener noreferrer" Vaticano/a y el gobierno de a href="http://www.infobae.com/lugares/israel-a110" rel="noopener noreferrer" Israel/a desplegaron carteles en prácticamente todos los sectores de la ciudad. Se espera al Papa, casi como a un amigo, explica un guía turístico en el camino de ingreso a la Puerta de Jaffa.

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Fray Artemio Vítores, vicario de la Custodia de Tierra Santa de los franciscanos, está convencido de que el espíritu con el que el Papa pisará Tierra Santa es el espíritu de los franciscanos, que consideran amigos y hermanos a todos los hombres. "El Papa tiene un carácter tan abierto que logra transmitir que todos podemos ser amigos y hermanos".

La agenda de Francisco no tendrá respiro en Jerusalén y gran parte de su periplo sucederá entre estas pequeñas callejuelas. Visitará al Gran Muftí musulman, en la Explana de las Mezquitas; dejará un mensaje en el Muro de los Lamentos judío y oficiará un histórica misa en la Iglesia del Santo Sepulcro. Junto con el patriarca ecuménico Bartolomé I, se reunirá con todas las comunidades cristianas que custodian el lugar: los greco-ortodoxos, los armenios y los franciscanos. Por primera vez, rezarán todos juntos y no por turnos, como suele suceder.

Para completar la travesía, deberá caminar por estos mismos espacios donde la vida de cristianos, judíos y musulmanes se entrecruza.

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En esta primera recorrida de Infobae, comenzó el shabat judío. El ingreso al Muro de los Lamentos es sencillo. Apenas hay controles de seguridad, pero sí está perfectamente señalizado el pedido de "decoro" por tratarse de un lugar de rezo. Los judíos creen que esa pared es el último vestigio del antiguo Templo de Jerusalén y es su lugar más sagrado en el mundo.

Cuando se pone el sol, todos los viernes, cientos de miles de religiosos y practicantes llegan allí para celebrar el comienzo del shabat. Cantan juntos, se abrazan y se desean un gran descanso. Incluso para los no creyentes, el momento se vuelve emotivo. Entre estas mismas piedras dejará su mensaje el Papa. Desde el Vaticano adelantaron que podría mostrarlo antes de colocarlo entre las grietas del Muro.

Cae la noche, la Ciudad Vieja de Jerusalén enciende sus luces pero pierde vida. Ya no hay más curas caminando por sus callejuelas. Los zocos (mercados árabes) guardaron todas sus mercancías y el rezo en el Kotel (Muro de los Lamentos) también terminó. Francisco llega el 25, falta poco. Lo esperan muchos.