"Pido a la gente que siga orando por mi hijita. Sé que lo están haciendo para que ella pueda despertar y ser la misma niña. Verla traviesa y alegre como siempre", expresó Jonathan Santana, que vive una situación límite por la salud de su hija menor, Eva. Es la segunda tragedia que atraviesa, ya que en febrero de 2002, él mismo recibió tres disparos de desconocidos en una autopista de Buenos Aires que lo dejaron peleando por su vida.
"Jhony" milagrosamente pudo salir adelante, pudo volver a jugar al fútbol en poco tiempo con el club Nueva Chicago y, desde entonces, aumentó su creencia en Dios, a quien hoy le reza para ver mejor a su pequeña Eva.
La camioneta Jeep SUV que conducía la esposa del jugador, Alejandra Francatta, y que llevaba a bordo también a Avei, su hija mayor, de 7 años, fue embestida por un bus y desde ese momento comenzó la pesadilla de la familia Santana. En el vehículo, además viajaba la niñera de las pequeñas, Nila Giménez Báez (19), quien sufrió golpes leves.
Eva fue operada de urgencia en el centro médico La Costa tras el accidente en el centro de Asunción. Y los médicos son optimistas con respecto a verla salir adelante. Se encuentra "estable" y a la espera de un nuevo parte.
"Los doctores me dijeron que ellos ya hicieron todo lo que está a su alcance. Ahora tenemos que esperar cómo asimila el medicamento", explicó el ex hombre de River Plate, Libertad y Wolfsburgo.