El caso tomó estado público cuando se conoció la destreza y el arrojo del piloto Claudio Pistone, comandante del avión que debía llevar un corazón desde Mendoza al aeropuerto cordobés Pajas Blancas, quien desafió a la niebla y aterrizó en condiciones muy desfavorables (casi sin visibilidad) para cumplir con un operativo de emergencia nacional del Incucai.
Los órganos tienen un tiempo de conservación en frío, que en el caso del corazón es de 6 horas. Al cabo de ese período deja de ser útil para realizar el trasplante. Por eso el coraje del aviador fue tan importante.
Ocho días después de la hazaña, Osvaldo Amadeo pudo salir de la habitación del Sanatorio Allende y, ya trasplantado y aún con barbijo, agradeció con profunda emoción al hombre que con su valentía posibilitó que la intervención se realizara.
"Yo no sabía nada de lo del vuelo y la niebla. Todo esto que pasamos fue de película... Mi señora se entrevistó con los conductores del avión (Pistone y su acompañante). En cualquier momento iremos a encontrarnos con ellos para agradecerles este milagro. Tengo la valija lista para conocer al piloto que me salvó la vida", expresó el hombre que sufría problemas de corazón desde hace cuatro años y ya había sufrido varios infartos.
Los tiempos se aceleraron y ya hubo una primera aproximación: esta mañana, Radio Mitre de Córdoba puso en comunicación al piloto y al hombre que fue trasplantado. En una charla telefónica emocionante, Amadeo se quebró al hablar con Pistone y reiteró que quiere verlo personalmente.
"¡Hola Pistone! ¿Cómo le va? Quiero conocerlo, ¡por Dios!", dijo entre lágrimas el hombre trasplantado. "Bueno, tranquilo, Osvaldo, Tranquilo. Yo estoy muy contento de que usted en este momento esté bárbaro. Nosotros sólo tratamos de hacer lo mejor posible", respondió el piloto. Ambos quedaron en verse la semana próxima para darse "un abrazo muy grande".
En declaraciones a la prensa, Pistone agradeció también a los familiares de la persona que dio su corazón y al equipo médico encabezado por el médico cardiocirujano Roque Córdoba por ayudarlo a renacer.
Con la voz entrecortada, Amadeo hizo un pedido público para que la gente colabore con el Incucai: "La gente no toma dimensión de la importancia de donar órganos, hasta que lo necesita. Después de lo que nos pasó, una de mis hijas se inscribió en el registro".
Su esposa, Gladis Tonello, contó el hombre que fue trasplantado ayer, "estuvo muy cansado, pero ya está en casa". "No tenemos palabras para agradecer", apuntó en diálogo con el diario Clarín.
Según el registro del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai),
: ocho son niños menores de 10 años; el 28% tiene entre 50 y 59; y un 27% se encuentra en la franja de edad comprendida entre los 60 y 69 años.