La ruta del jean, la prenda más democrática de la moda

Gastados, oxfords, rectos, oscuros, claros, en colores o el tan de moda chupín, todos tienen al menos uno en su placard. En sus comienzos, hace más de 140 años, el jean era pensado como uniforme de trabajo para oficios duros y exigentes corporalmente. Con el tiempo se reversionó y resistió al paso del tiempo hasta convertirse en una prenda clave de cualquier ropero y democrática como pocas.

"El jean perdura porque es una prenda tan versátil que se adapta a las diferentes estaciones, los distintos usos, las clases sociales, las edades. El jean trasciende todas las fronteras", explicó Carolina Gadano, gerente de Marketing de Levi's Argentina.

La fidelidad del consumidor con una marca cuando encuentra ese jean que le queda perfecto, es de las relaciones más sólidas. Ese pantalón puede llegar a ser la prenda más adorada porque simplemente tenga el mejor calce. Una costura en el lugar indicado puede estilizar, un bolsillo con el tamaño adecuado puede marcar mejor la cola y hasta el tono puede intervenir para resaltar la figura.

¿El jean habla de cada uno? "La gente lo usa a su modo, es muy personal. Además, a medida que se desgasta va marcando posturas corporales, objetos que se guardan en el bolsillo, registra todo con el mismo uso", señaló Gadano, al tiempo que remarcó que hasta varían los modelos según las regiones: "Las argentinas los usan ajustados pero no al extremo y buscan lavados más auténticos. En el resto de Latinoamérica, particularmente en Brasil, Colombia y Centroamérica, sí les gustan bien ajustados y con detalles de cosmética más extremos".

Dicen que hay un jean para cada uno y hasta para cada edad. No se usan los mismos jeans a los 20 años que a los 50. También hay para cada bolsillo: hay propuestas más económicas desde $200 hasta los más premium por $2.000 que se encuentran en los shoppings. Para muchos, se transformó en un símbolo de estatus, motivo por el cual uno compra una marca y no otra.

El precio del jean de marca

La amplitud de precios con respecto al denim marca un poco la tendencia de cómo está compuesto el precio de la ropa en Argentina. Así como en Once o Avellaneda se pueden encontrar propuestas económicas que parten de los $200, en los shoppings los números ascienden a $900 para un modelo clásico de vaqueros y alcanzan los $2.000 para propuestas más osadas con apliques o lavados especiales.

Según un informe elaborado por la Fundación ProTejer, el costo de producción nacional de una prenda de marca apenas representa menos del 15% de su precio. El desarrollo comercial y financiero de la marca representa un 39%, los impuestos un 27% y el desarrollo de marca un 19 por ciento.

A valores de abril de 2014, fabricar un jean en talleres formales costó $130, y su precio puede ser de $900 o más. "En las sobrevaloradas superficies de los shoppings, espacio de venta indispensable para el éxito de una marca, la viabilidad del negocio depende cada vez más de la venta de bienes de alto valor, donde los determinantes de las decisiones de compra son el diseño y la marca", señaló Ariel Schale, director ejecutivo de la organización.

Y agregó: "Los precios de la indumentaria pasaron a estar cada vez más determinados en función directa y lineal de los costos de ocupación y, en menor medida, de los costos productivos".

Schale explicó que la poca inversión en la construcción de inmuebles para uso comercial produjo una saturación de los canales de venta formales; los más importantes de ellos, con un grado de concentración económica muy elevado.

Es que la generación de zonas de atractivo comercial requiere, entre otros aspectos, condiciones mínimas de accesibilidad y seguridad, además de campañas publicitarias que logren a atraer el interés de los consumidores.

"Los costos de ocupación escalaron de tal manera que hoy el costo de admisión, conocido como 'llave', se abona por adelantado y es de entre 20 y 28 alquileres y debe pagarse con cada renovación", advirtió Schale.

Y añadió: "La estrategia de ocupación de los cotizados espacios de ventas por marcas orientadas a abastecer el segmento premium fue cada vez más recurrida porque, además de que era la única opción rentable, se apoyaba en que los ingresos del segmento de mayor poder adquisitivo del mercado crecían en mayor proporción que los del conjunto de la economía".