En la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires alrededor de 80 adultos mayores son asesinados por año, según lo reveló el último informe de la Procuración de la Corte Suprema de Justicia Bonaerense.
Se trata de los datos publicados en el último informe de la Procuración Bonaerense, donde se indica que fueron 66 los homicidios dolosos consumados durante el año pasado y registrados en los departamentos judiciales provinciales, contra personas mayores de 60 años, representando el 9% del total de fallecidos en episodios violentos.
A esta cifra se suman los 14 homicidios dolosos consumados contra personas mayores de 66 años en hechos perpetrados en territorio de la Capital Federal, y registrados en el último estudio sobre crímenes de la Corte Suprema de Justicia.
Acerca de los casos con personas de la tercera edad ultimadas en situaciones de extremo salvajismo, Eugenio Semino, titular de la Defensoría de la Tercera Edad, sostuvo que "se observa en muchos de estos hechos el ensañamiento contra la víctima", destacando que "lamentablemente no son hechos nuevos y, menos aún, ajenos a una sociedad donde la discriminación de los adultos mayores es moneda corriente".
"En los últimos años la sociedad ha comenzado a tomar conciencia de esta atrocidad oculta", explicó el experto, y manifestó que "una característica a tomar en cuenta, es que en gran parte de esos episodios las víctimas son asaltadas dentro de sus viviendas".
En uno de estos casos, Ricardo Delgado de 73 años fue asesinado de varios puntazos, en la localidad bonaerense de Adrogué, el 22 de marzo pasado.
El cuerpo fue encontrado en la cama principal de la vivienda, apenas tapado con algunas prendas de vestir. A un costado, se halló una tijera y una trincheta, elementos que habrían sido usados para matar al jubilado.
Semino indicó en este sentido "que estos hechos no han podido ser evitados por las medidas de seguridad tradicionales, como rejas, puertas blindadas o cerraduras reforzadas. Parecería que los delincuentes han detectado cómo entrar recurriendo al propio adulto mayor, a su historia".
"El viejo se crió en condiciones donde regían confianza y la solidaridad y esto hace a su memoria de vida. Ocurre entonces que las recomendaciones habituales (no abrir, chequear quién es, etcétera) son relativizadas".
"En el momento de actuar pesa más lo ya incorporado, como la confianza. O, en el otro extremo, el desconcierto y la parálisis. Y en la mayoría de los hechos ocurridos, tanto éstos como las lesiones ocasionadas no fueron producto del uso de armas de fuego sino de armas blancas y de elementos existentes en la casa, como palos, cuerdas o sábanas", concluyó.