El Gran Premio de Ímola 1994, esa carrera maldita y el legado para la seguridad de los pilotos

El fin de semana de la muerte de Senna comenzó con el grave accidente de Barrichello, continuó con el choque fatal de Ratzenberger y finalizó con el deceso del ícono brasileño. A partir de allí la FIA cambió los métodos de seguridad y ya no hubo muertos en la F1

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Las muertes del brasileño Ayrton Senna y del austriaco Roland Ratzenberger y el tremendo accidente de Rubens Barrichello, en abril y mayo de 1994 en Ímola, obligaron a la Fórmula 1 a poner todo su empeño en mejorar la seguridad, con importantes resultados, ya que desde entonces no ha fallecido ningún piloto, aunque el riesgo sigue existiendo.

La seguridad sigue siendo una prioridad, por lo que un seminario se celebrará hoy en Ímola coincidiendo con el 20º aniversario de la muerte de los dos pilotos.

"El fin de semana de Ímola fue un punto de inflexión para los cambios", señaló Max Mosley, entonces presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). "Su muerte fue un gran impacto, reconocida por todos, incluidos los pilotos, ya que era el número uno. Además su personalidad hacía que todo el mundo le apreciara", añadió Mosley sobre Senna.

"Si no hubiera sido Ayrton, sin duda hubiéramos seguido de la misma manera y hubiera habido otra muerte en cuatro o cinco años", dijo.

De hecho, diez días después del drama de Ímola, en Mónaco, el Sauber del austriaco Karl Wendlinger voló sobre un bache a la salida del famoso túnel del circuito del Principado. El piloto estuvo diez días en coma y pudo continuar su carrera pero en categoría GT.

Después los accidentes han continuado, pero siempre de menor gravedad. Las mejoras emprendidas por la organización en todos los sectores concernientes a la seguridad han dado los resultados esperados.

• uCasco, cabina, neumáticos y circuito/u

El sistema 'Soporte de cabeza y cuello' (Hans, en su siglas en inglés), ideado en los años 80 por un investigador estadounidense de biomecánica, Robert Hubbard, se sitúa en los hombros del piloto y fija el casco al cuerpo. De esta forma evita que la cabeza, en caso de choque, se mueva de forma violenta.

En la Fórmula 1 es obligatorio desde 2003 y su eficacia a la hora de evitar muertes o lesiones fatales está probada.

A esta evolución se suman los avances en los cascos de carbono, que permitieron, por ejemplo, que el brasileño Felipe Massa no sufriera una lesión de mayor gravedad después de que una pieza mecánica le golpeara en la cara durante el Gran Premio de Hungría de 2009.

En la cabina del piloto, las protecciones laterales en la cabeza se convirtieron en obligatorias después de 1994 para evitar un gran desplazamiento en caso de golpe por los costados.

Varios accidentes en los que los pilotos sufrieron graves lesiones en las piernas empujaron a crear normas más estrictas en los 'crash test', haciendo hincapié en mejorar el 'crash box' para aguantar de la mejor manera posible el golpe frontal.

En los neumáticos, la guerra entre Michelin y Bridgestone finalizó, revirtiendo en una mejora en la seguridad. Pirelli se convirtió en el proveedor exclusivo de gomas en la Fórmula 1, ofreciendo compuestos menos eficaces pero iguales para todos, lo que reduce la velocidad en las curvas.

Para evitar las ruedas sueltas, tanto en el paddock como en la carrera, es obligatorio que estén 'atadas' con cables.

Por último, y este es el cambio más espectacular, los circuitos han evolucionado; el asfalto ha sustituido a la grava para mejorar la frenada de los monoplazas que han perdido el control.

Además las barreras han sido reemplazadas por un 'cocktail' formado por bloques de hormigón y neumáticos viejos, incluyendo los circuitos urbanos como Mónaco.

"La Fórmula 1 es más segura hoy, pero no completamente, hay todavía muchas cosas que pueden pasar", señaló el alemán Sebastian Vettel, vigente cuádruple campeón mundial.

"Desafortunadamente todavía sufrimos accidentes que nos hacen aprender más", concluyó el piloto de Red Bull.

• uLos tres accidentes del fin de semana de mayo de 1994 en Ímola/u

El 29/4/1994 en el primer día de entrenamientos para el GP de San Marino, el brasileño Ruben Barrichello se salió de la pista y se estrelló contra el muro de contensión. Llegó inconsciente al hospital y con naríz y brazo fracturados.

El 30/4/1994 el austríaco Roland Ratzenberger perdió el control de su auto cuando transitaba a 307 kilómetros por hora en la curva Villeneuve del circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola y murió al instante. Era su tercera carrera en la F1.

El 1/5/1994 el brasileño Ayrton Senna se estrelló a 211 kilómetros por hora contra el muro de hormigón tras salirse del circuito en la curva Tamburello de Imola. El informe oficial marcó que el deceso se produjo a las 14:17, mismo momento del impacto.