El acto de canonización de los dos pontífices más prominentes del siglo pasado –Juan XXIII y a href="http://www.infobae.com/personajes/juan-pablo-ii-a2583" rel="noopener noreferrer" Juan Pablo II/a; Angelo Roncalli y Karol Wojtyla, respectivamente- se iniciará a las 10 de la mañana (hora de Roma) de este domingo 27 de abril.
El Papa Bergoglio concelebrará la misa con otros sacerdotes y su predecesor, el papa emérito Josef Ratzinger, confirmó su participación.
En Roma, ya se inició la "noche blanca de oración", una vigilia a la espera de la canonización, durante la cual varias Iglesias del centro de la capital italiana permanecerán abiertas para que los fieles puedan rezar y confesarse. Habrá liturgias en diferentes idiomas.
En cuanto a la ceremonia propiamente dicha, el Vaticano calcula que entre 200 y 250 mil personas podrán apiñarse en la plaza y sus adyacencias –aunque se estima en 1 millón el total de peregrinos que se han dado cita en Roma para el evento.
Está prevista una amplísima transmisión en vivo que llegará a 2.000 millones de hogares en el mundo. Además, habrá una cobertura minuto a minuto en los medios de comunicación y las redes sociales, de la que será la canonización más mediatizada de la historia.
En la Plaza, participarán de la ceremonia 1.500 concelebrantes, entre cardenales y obispos, mientras que 870 sacerdotes y diáconos se ocuparán de dar la comunión a los presentes. Por otra parte, habrá 90 delegaciones oficiales de todo el mundo.
El servicio de orden empleará a más de 7.000 personas, entre efectivos policiales, personal vaticano y voluntarios.
Por qué canonizarlos a los dos juntos
Es sin dudas un tiempo de hechos inéditos en la Iglesia: dos Papas presenciarán al canonización de otros dos.
Y así como Karol Wojtyla eligió llamarse Juan Pablo II para unir en su nombre a los dos pontífices del Concilio Vaticano II –Juan XXIII y Pablo VI-, Francisco reúne en esta doble canonización a los dos Papas que más huella dejaron en la historia reciente, incluso más allá de los confines de la fe católica; los dos pontífices que más involucraron a su Iglesia en el devenir humano, los que con más fuerza pusieron el acento en la cuestión social.
Ambos adquirieron proporciones de leyenda. Uno, el "Papa bueno", por la forma en que –cuando se descontaba que el suyo sería un pontificado de transición- sorprendió al mundo y a su iglesia convocando al más amplio Concilio de todos los tiempos, cuyo eco e influjo perdura hasta hoy. El otro, Juan Pablo "Magno", el "Papa viajero", porque pronto se constituyó en una fuerza que aceleró la liberación de los pueblos sojuzgados por el totalitarismo al otro lado de la Cortina de Hierro.
A los dos se los quiso proclamar santos por aclamación al momento mismo de su muerte. El mundo fue testigo del clamor de "¡Santo súbito!" (Santo ya) que se elevó del público el día de los masivos funerales de Juan Pablo II. Y, décadas atrás, al concluir en 1965 el Concilio Vaticano II –dos años después de la muerte de Angelo Roncalli-, los 2.500 obispos presentes quisieron proclamarlo santo allí mismo.
El arzobispo Boccardo, miembro de la Congregación para los Santos, dijo en una entrevista reciente que "los milagros son la confirmación por el Cielo de un sentimiento popular".
De eso se trata la ceremonia de mañana. El Vaticano confirmará la santidad de dos hombres que ya son venerados por los fieles. (Ver también: Cómo fue el proceso de canonización de los dos Papas)
El 5 de julio de 2013, a poco de asumir, Jorge Bergoglio firmó un decreto atribuyendo un segundo milagro a la intercesión de Juan Pablo II (pontífice entre 1978 y 2005), lo que habilitó su rápida canonización a sólo 8 años de su muerte, el 2 de abril de 2005.
En el caso de Juan XXIII (Angelo Roncalli, papa de 1958 a 1963), beatificado por Juan Pablo II en el año 2000, Francisco, haciendo uso de una atribución que tiene como Papa, consideró que no era necesario demostrar que intercedió en un segundo milagro para canonizarlo.
"Canonizarlos a los dos juntos es un mensaje a la Iglesia: estos dos son buenos, son buenos", dijo el papa Francisco poco después, para explicar su decisión.
Por Claudia Peiró cpeiro@infobae.com