Un informe de la UCA sostiene que avanzó la pobreza y ya afecta al 27,5% de la población

Según el relevamiento privado, una familia tipo necesita más de $4.000 por mes para no ser pobre. Es más del doble de lo estimado por la Canasta Básica Total del Indec. Hay más de 10 millones de pobres. Capitanich dijo hoy que "la reducción de la pobreza ha sido drástica"

Télam 162

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó los últimos datos de pobreza e indigencia en el país, luego de que el gobierno nacional diera marcha atrás con su publicación al argumentar cambios en la metodología. El informe arrojó que el 27,5% de la población de la Argentina es pobre, según datos del último trimestre de 2013, lo que representa una suba con respecto al mismo período de 2012. El número evidencia que más de 10 millones de personas son pobres en el país.

Una familia tipo necesita unos $4.142 por mes para poder adquirir la Canasta Básica Total, que define el umbral de pobreza, contra $1.783 que informó por última vez el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. El cuadro se observa con más fuerza en el noroeste y en el conurbano bonaerense. En tanto, la indigencia afectó al 5,5% de la población durante el cuarto trimestre del año pasado, que es la porción de la población que no pudo reunir ingresos suficientes para poder proveerse de los mínimos alimentos para poder cubrir sus necesidades proteicas y calóricas. En este caso, se produjo una leve caída con respecto al mismo trimestre de 2012.

Para no caer en la indigencia, el grupo familiar –un matrimonio de 35 y 31 años, con niños de 5 y 8 años– necesitaba $1.982 mensuales, unos 641 pesos por adulto. En cambio, para el Indec sólo se necesitan $788 en la familia y $255 por adulto.

El informe compara tres valores de las canastas y de los índices de pobreza e indigencia: el valor oficial del Indec y dos fuentes no oficiales: una canasta mínima y una máxima, con un parámetro de valores de piso y de techo. Los valores se obtienen de "promediar los precios informados por una serie de oficinas de estadísticas provinciales, centros académicos y consultoras privadas".

Tanto las tasas de hogares como las de población en situación de pobreza –de acuerdo a las fuentes no oficiales– cayó entre 2010 y 2011, para luego volver a crecer entre 2011, 2012 y 2013. Por ejemplo, el 29,5% de la población era pobre en 2010, para pasar al 24,7% al año siguiente, y luego comenzar a subir: fue de 26,4% en 2012 y subió al 27,5% durante el año pasado. Esto quiere decir que se encuentra más cerca de los valores de 2010, el año posterior a la crisis financiera internacional.

El porcentaje de hogares pobres se ubicaba en un 19% en 2010 si se consideran los valores de la canasta máxima. La tasa cayó en 2011, pero comenzó a subir desde ese año en adelante, y en el último trimestre de 2013, la pobreza afectó al 17,8% de los hogares. Esta encuesta privada se realizó en una muestra de 5.700 hogares particulares de aglomerados urbanos con más de 50.000 habitantes, y se tomaron los datos del cuarto trimestre de cada año.

Como el Gobierno decidió no dar a conocer las estadísticas oficiales, los cálculos privados vuelven al escenario principal, como un modo de acercarse a los datos de estos indicadores sociales. Sin dar explicaciones, el ministro de Economía, Axel Kicillof, decidió no dar a difundir los datos del segundo semestre de 2013, que se deberían haber dado a conocer esta semana. El Gobierno buscó generar una nueva polémica con las estadísticas.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, intentó dar una explicación de por qué no se publicaron las cirras, y lo atribuyó a "problemas de empalme" por el cambio en el cálculo del IPC Nacional. Y en un escueto comunicado sin la firma de técnicos ni autoridades, el Indec se refirió a "severas carencias metodológicas".

El dato difundido por la UCA resulta más conservador que el calculado por ex técnicos del Indec. Un informe del Instituto del Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), coordinado por Claudio Lozano y Tomás Raffo, calculó que el 36% de la población argentina es pobre, mientras que cinco millones de personas se encuentran por debajo de la línea de indigencia.

Los datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) son más altos que los de la Universidad Católica, pues calcularon que una familia tipo necesita $2.635 para no ser indigente y $4.704 para no caer en la línea de pobreza. Y de acuerdo a los datos de Graciela Bevacqua, ex directora del IPC antes de la intervención del Indec, un hogar de cuatro miembros requiere de una canasta de $3.036 para no ser indigente y de $6.577 para no ser pobre, según datos de diciembre de 2013.