François Hollande: crónica de una muerte (política) anunciada

François Hollande fue silbado durante el acto de conmemoración de la figura del socialismo galo Jean Jaurès. El Presidente, a pesar de la reorganización del Gobierno, apenas alcanza el 13% de popularidad

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"¡Jaurès debe estar revolviendose en su tumba!" gritaron al presidente francés, el 23 de abril, los habitantes de la ciudad de Carmaux (sudoeste), que celebraban en la plaza principal el centenario del famoso socialista Jean Jaurès.

Aquella escena contrasta con la última visita del presidente a la ciudad hace dos años, cuando la multitud le dio una cálida bienvenida. En ese entonces, el socialista estaba a punto de acceder a la presidencia.

Pero los tiempos cambiaron, y François Hollande se volvió en el presidente menos popular en los 56 años de la Quinta República Francesa, con solamente un 13% de opinión favorable.

Desconcertado por aquella recepción que "firma el desamor del pueblo de izquierda en su contra", según el diario Le Monde, el Presidente intentó durante las dos horas que duró el acto reivindicar el legado de Jean Jaurés.

El dirigente político,profesor de filosofía y escribano, es una figura mítica del socialismo francés de principios del siglo XX. Defendía un socialismo humanista que resultaba de una mezcla de patriotismo e internacionalismo, el individualismo y el colectivismo, la reforma y la revolución.

Su "heredero" autoproclamado no logró despertar el fervor de los, en su mayoría estudiantes de colegio que aplaudieron amablemente el discurso.

François Hollande no puede estar más lejos de la política jauresiana.

El miércoles 23 de abril, Manuel Valls presentó el nuevo "plan de estabilidad". El ex-ministro del Interior fue nombrado Primer Ministro tras la derrota del Partido Socialista en las últimas elecciones municipales. El objetivo del nuevo jefe de gobierno es ahorrar 50.000 millones de euros hasta 2017, final del mandato presidencial.

Austeridad socialista

Los recursos saldrán de la venta de sedes del Estado (18 mil millones), de las colectividades locales (11 mil millones) y de la protección social (21 mil millones). Además, casi todos los subsidios estarán congelados por un año. En cuanto a los sueldos de los empleados públicos, el congelamiento se prorogará hasta 2017.

Las nuevas medidas encuentran oposiciones en ambos bandos de la Asamblea Nacional. Según los diputados del partido Conservador, los 50 mil millones no alcanzarán para cumplir con los criterios de la Unión Europea.

Del otro lado, cien diputados oficialistas escribieron a Valls para denunciar un plan "peligroso económicamente porque llega a asfixiar la recuperación del empleo y contraviene los compromisos asumidos frente a nuestros votantes".

El proyecto será votado por la Asamblea el 30 de abril y presentado a Bruselas alrededor del 6 de mayo. El presidente François Hollande espera con la aprobación del plan encabezado por su primer ministro a contener la caída del Partido Socialista y de su persona a solamente dos años de la llegada al poder.

Pero con lo ocurrido en Carmaux y la oposición creciente en la ala izquierda del partido, el Presidente, que afirmó hace poco "si el desempleo no baja para 2017, no tengo, ni una razón de presentarme, ni ninguna razón de ser elegido", ya debe estar preparando las valijas.