Juan Pablo II, dueño de una canonización "express"

El Papa fallecido en abril de 2005 será santificado el próximo domingo 27 de abril en el Vaticano, tras haber realizado el habitual lento proceso en un tiempo récord. Franciso también incluyó a Juan XXIII

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"¡Santo súbito!", fue el clamor popular en la noche del 2 de abril de 2005 en la Plaza San Pedro, luego de conocerse la noticia de la muerte de Karol Wojtyla tras 27 años de papado. Y este pedido unánime de la multitud logró conmover a su sucesor Benedicto XVI, quien de inmediato le ordenó al cardenal Saraiva Martins que iniciara el proceso de canonización lo más pronto posible.

El trámite para la santificación del denominado "Papa viajero" fue mucho más veloz que lo habitual, y el próximo domingo tendrá su concreción en una ceremonia en la que Francisco también canonizará a otro Sumo Pontífice, Juan XXIII, a pesar de no que no se acreditó otro milagro de este último tras su beatificación.

"Las reglas dicen que no se puede comenzar el proceso hasta cinco años después de la muerte. Pero en esta ocasión ha sido tan breve porque, el 3 de mayo de 2005 (justo un mes después del fallecimiento de Wojtyla), Benedicto XVI prefirió dejar de lado la necesidad de esperar. Y el 9 de mayo, el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, que era yo, firmó un decreto pidiendo comenzar rápidamente el proceso. Por eso fue todo tan rápido", explicó Martins.

Las "malas lenguas" del Vaticano, que siguen existiendo a pesar de las continuas críticas del Papa Jorge Bergoglio contra el vicio del "chismorreo", atribuyen la canonización conjunta de ambos Pontífices a una maniobra de Francisco para quitarle protagonismo a Wojtyla y dárselo a Juan XXIII, un pontífice más a su estilo, un obispo bondadoso a quien se sigue recordando como "el Papa bueno".

También se quiere ver un gesto de Francisco a favor de todas aquellas congregaciones o diócesis cuyos candidatos a la santidad oficial, habiendo vivido las virtudes que marca la Iglesia, no disponen de un aparato económico ni mediático tan potente como el que tenía el Papa polaco.

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Lento y caro

Hasta ahora una causa de beatificación no costaba menos de medio millón de euros (cerca de 700.000 dólares), además de ser un proceso difícil y largo. Y no había descuentos: quien no lograba reunir el dinero suficiente se quedaba sin santo.

Sin embargo, a instancias de Bergoglio en enero pasado se aprobaron unas nuevas tarifas para que, según el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, "las congregaciones y las diócesis no vivieran en la angustia de no saber cuánto iba a costarles el proceso".

Pero a pesar de que los nuevos montos son más claros y baratos, continúan sin ser públicos. Los principales gastos se van entre las tasas del Vaticano –sólo la presentación del primer documento a favor de un nuevo beato (la "positio") cuesta 6.000 euros (casi u$s8.300)- y los honorarios del postulador.

El postulador de Karol Wojtyla se llama Slawomir Oder, y sus diferentes libros sobre el proceso se pueden encontrar en los estantes de las librerías de Roma, donde entre los volúmenes dedicados a Juan Pablo II y los que alaban a Bergoglio apenas queda sitio para la literatura mundana, según publica el periódico El País.

Como era de esperarse, Oder no tuvo problemas para realizar su presentación. Sobre su mesa se acumularon hasta

si bien la curación de la monja francesa Marie Simon-Pierre, quien sufría Mal de Parkinson, y más tarde la de la

víctima de un aneurisma cerebral, fueron las tenidas en cuenta oficialmente.

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