Un grupo de estudiantes que quiso establecer una barricada en una de las avenidas principales del municipio fue reprimido por la Policía Nacional.
Los efectivos arrojaron gases lacrimógenos y dispararon a la multitud, incluso a transeúntes que no estaban participando de la protesta, sino que se limitaban a observar lo que ocurría. Algunos feligreses que se dirigían a la iglesia de San José de Chacao por el viernes santo también resultaron heridos, según informa El Universal.
La gravedad de los incidentes llevó a Ramón Muchacho, alcalde del municipio que pertenece al Estado de Miranda, a anunciar la suspensión de la misa que iba a realizarse.
A último momento se decidió hacerla de todas maneras, tras las garantías ofrecidas por la policía municipal. De todos modos, la seguridad no pudo evitar que una mujer recibiera un balazo en el brazo al salir de la Iglesia.
Los enfrentamientos y las corridas entre manifestantes y las fuerzas nacionales se extendieron durante horas a lo largo de la avenida Francisco de Miranda.
Tras dispersar la protesta, seis policías a bordo de motocicletas increparon a tres jóvenes que sólo habían sido testigos de los choques. Tras una discusión se los llevaron detenidos.
Un hombre que vio el abuso que se estaba cometiendo exigió su inmediata liberación, pero también él fue apresado. Otro grupo de personas empezó a reclamar a gritos a los oficiales que dejaran de tomársela con quienes no tenían nada que ver. En respuesta, les lanzaron una bomba lacrimógena.
El Chacao ya había sido un campo de batalla el jueves por la noche. Unas dos docenas de jóvenes con capuchas secuestraron por breves minutos un autobús, según dijeron testigos a Reuters. Minutos más tarde, comenzó un enfrentamiento entre manifestantes y policías que duró cerca de dos horas.
Los encapuchados lanzaron cócteles molotov, mientras que los funcionarios policiales respondieron con gas lacrimógeno.
Los activistas estudiantiles empiezan a alejarse de la posición moderada de algunos líderes de la oposición, que comenzaron conversaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para desactivar la crisis.
Dos rondas de conversaciones formales, mediadas por un enviado del Vaticano y los ministros de Relaciones Exteriores de la Unasur, han arrojado pocos resultados concretos aunque han calmado las emociones en todo el país.
Pese a que ambas partes han acordado
para analizar los acontecimientos recientes,
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