El Papa presidió el Vía Crucis: "En la cruz vemos la monstruosidad del hombre cuando se deja guiar por el mal"

"Pero también en ella vemos la misericordia de Dios", explicó en el rito del Viernes Santo. "Jesús, enséñanos que el mal no tendrá la última palabra. Recordemos a los enfermos y a todas las personas abandonadas". Se transmitió en más de 50 países

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"Todas las injusticias que Caín llevó a cabo contra su hermano, toda la amargura de la traición de Judas, toda la vanidad de los prepotentes y toda la arrogancia de los falsos amigos era una cruz pesada como lo es la noche de las personas abandonadas, como la muerte de los seres queridos. Pesada porque reasume toda la fealdad del mal", comenzó su discurso el papa Francisco este Viernes Santo desde el Coliseo romano tras la representación de las 14 estaciones del Vía Crucis.

"En la cruz vemos la monstruosidad del hombre cuando se deja guiar por el mal pero también vemos la inmensa misericordia de Dios, que no nos trata según nuestros pecados sino según su misericordia. Frente a la cruz de Jesús vemos hasta casi tocar con las manos cuánto nos ama. Frente a la cruz nos sentimos hijos y no objetos como afirmaba San Gregorio. Si yo no fuera tuyo, Cristo, me sentiría una criatura fragil", continuó.

"Jesús, enséñanos que el mal no tendrá la última palabra. Sino el amor, la misericordia y el perdón. Oh Cristo, ayúdanos a exclamar nuevamente", señaló.

Y concluyó: "Todos juntos recordemos a los enfermos, a todas las personas abandonadas bajo el peso de su cruz para que encuentren la fuerza de la esperanza de la resurreción y el amor de Dios".

Con las meditaciones escritas por monseñor Giancarlo Maria Bregantini, arzobispo de Campobasso-Bojano, leídas en directo en televisión por la actriz Virna Lisi, tuvo como portadores de la cruz en las 14 estaciones a representantes de distintos sectores: entre otros, un obrero y un empresario, dos inmigrantes, dos huéspedes de comunidades de recuperación, dos detenidos, dos sin techo.

En la primera y en la última estación, la cruz fue por el cardenal vicario Agostino Vallini.

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El rito fue transmitido por radio y televisión en más de 50 países, en tanto más de 60 emitirán el domingo el mensaje Urbi et Orbi del papa Francisco.

Horas antes el papa Francisco ofició el rito de la Pasión de Cristo en la Basílica de San Pedro con la meditación escrita del padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia. Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.

Francisco escuchó atentamente al padre Cantalamessa, el predicador oficial del Vaticano, quien hizo un paralelo entre la codicia de Judas Iscariote y los males actuales del mundo. "Detrás de cada mal en nuestra sociedad está el dinero", sostuvo el sacerdote, en su homilía, que hizo hincapié en la figura del discípulo que traicionó a Jesús por 30 monedas de plata.

Durante la ceremonia, y fiel a la tradición, el Sumo Pontífice, con los paramentos rojos, se tendió en el suelo en la nave central en un momento de oración y penitencia. El año pasado, a días de su asunción como Santo Padre, Francisco encabezó esta ceremonia.