Gareth Bale debía ponerse el equipo al hombro ante la ausencia de Cristiano Ronaldo por lesión y apareció en toda su plenitud para ganar la Copa del Rey en Mestalla. El Real Madrid propinó un nuevo golpe a un Barcelona herido y celebró su primer título de la temporada tras ganar 2-1.
Con cada gol y actuación sobresaliente, el galés amortiza los 100 millones de euros que el equipo blanco invirtió en él y, en la noche de Valencia, terminó de saldar su deuda con el madridismo. Su gol de antología sirvió para levantar el primer trofeo como merengue y hundir un poco más al Barça.
Ángel Di María anotó a los 11 minutos la ventaja del Madrid, tras ingresar por la zona izquierda del área y definir cruzado ante la floja respuesta de José Manuel Pinto. Y después de tanto perdonar la vida, en la parte final, el Barcelona se encontró con el empate.
Marc Bartra cabeceó al gol en el minuto 68 y dio confianza al "Tata" Martino pese al mal momento del equipo, pero el propio defensor culé falló en el mano a mano ante Bale y entregó a su arquero cuando se jugaban los últimos cinco y ya todos pensaban en el tiempo suplementario.
Bale provocó la explosión de medio estadio de Mestalla con su gol y desató la tristeza blaugrana. Ni siquiera con el tiro del final tuvo suerte el equipo de Martino, ya que Neymar definió al palo con el tiempo cumplido.
El silbato final decretó un nuevo título de Copa del Rey para el Madrid y una nueva frustración para el Barcelona, que en los últimos siete días perdió sus oportunidades en las tres competencias: Champions League, Copa del Rey y Liga (donde la derrota con Granada lo alejó de la cima).