A más de dos meses desde el inicio de las manifestaciones de los estudiantes venezolanos, el gobierno de Nicolás Maduro detuvo a treinta oficiales de distintos rangos, a quienes acusa de conspiración para derrocar al presidente bolivariano, según consigna Últimas Noticias.
Entre los detenidos se encuentran los hermanos Rivero Lago, uno coronel y otro teniente coronel. A su vez, también están bajo investigación dos oficiales de la Guardia Nacional, otros tantos de la Armada y uno del Ejército. Éstos se suman a los tres generales de Aviación detenidos hace tres semanas: Oswaldo Hernández Sánchez (G/D), José Machillanda Díaz (G/B) y Carlos Millán Yaguaracuto (G/B).
Desde hace un tiempo los servicios de inteligencia venezolanos venían siguiendo los movimientos y conversaciones de los uniformados, luego de recibir diversas informaciones por parte de otros militares.
De acuerdo a datos manejados por los servicios de inteligencia, el supuesto golpe de Estado debía tener lugar el pasado jueves 20 de marzo. Operaciones aéreas, ametrallamiento de soldados, y otras estrategias son las que señalan las fuentes oficiales con relación al procedimiento que tenían planeado llevar a cabo los uniformados para generar confusión y enfrentamientos.
Asimismo, aseguran también tener comprobado que algunos de los oficiales detenidos mantenían contacto con, al menos, un dirigente político de la oposición.
Últimas Noticias reproduce una supuesta conversación con un funcionario político, a quien le advierten que había una denuncia contra él y contra el coronel Rivero Lago.
El político le comenta: "Tengo dos años trabajando con todo ese grupo, de los cuatro componentes"; que, de ser ciertos esos rumores, "toda la red que hemos armado en dos años, con la Guardia de Honor, el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, la habrían destruido hace tiempo", y que "el riesgo lo corremos todos, ellos y nosotros; me he reunido con decenas de militares en todo el país, a escondidas, por supuesto, corriendo riesgos, como es lógico, y todo se puede venir abajo".
Desde el comienzo de los enfrentamientos entre los estudiantes y las fuerzas gubernamentales, que han implementado una brutal represión contra los movilizados, el presidente Maduro viene denunciando que las protestas son un mero intento de desestabilización de su gobierno.
Incluso la teoría conspirativa que viene esgrimiendo el mandatario chavista lo llevó a anunciar la creación de un ministerio para la "defensa mundial" de Venezuela, con el objetivo de cuidar la imagen de su gestión en los medios de otros países frente a un supuesto complot internacional.
Mientras tanto, la sociedad venezolana sigue sufriendo los peores índices de inseguridad de la región, una economía que llevó al país a tener una de las más altas inflaciones del mundo (...), un profundo desabastecimiento de productos básicos y una ola de violencia que viene paralizando al país desde hace más de dos meses.