La taza, con motivos polícromos sobre fondo blanco, es una pieza muy rara de encontrar fabricada en la era Chenghua (1465-1487), dentro de la dinastía Ming (1368-1644).
Un gallo rojo, una gallina y sus pollitos picotean en un jardín lleno de rosas rojas y azucenas amarillas en el tazón, cuyo esmalte y barniz se hallan intactos.
La copa es "el Grial del arte chino", afirmó Nicolas Chow, vicepresidente de Sotheby's Asia, precisando que fue comprado por Liu Yiqian, un multimillonario de Shanghai.
Este ex taxista que luego se dedicó a las finanzas es uno de esos riquísimos chinos que recorren las salas de subastas del mundo entero, hacen subir los precios, y ahora construyen museos para sus colecciones.
Liu Yiqian, de 50 años, hizo su fortuna especulando en la joven bolsa de Shanghai durante la década de los 90. Actualmente preside un gigantesco conglomerado industrial, y su patrimonio ha sido estimado en casi 1.650 millones de dólares.
Ha fundado dos museos y su nombre está asociado desde septiembre a la compra, por seis millones de dólares, de un rollo caligrafiado que es objeto de una querella de expertos sobre su autenticidad.
Esta obra -nueve ideogramas con tinta negra que significan "Su Shi presenta su respetuoso adiós a Gong Fu, gentilhombre consejero en la corte"-, es aparentemente una copia tardía según los expertos, que señalan algunos trazos de pincel "torpes".
Liu continúa reivindicando la autenticidad del rollo, que Sotheby's le vendió en Nueva York.
El anterior récord para la porcelana china había sido establecido en 2010 por un jarrón Qianlong, vendido por 252,66 millones de dólares de Hong Kong (32,58 millones de dólares estadounidenses).