Preocupación por la ola de linchamientos a lo largo del país

Los casos de "justicia por mano propia" crecen de forma alarmante e inquietan a referentes políticos de diversos sectores. Se registraron episodios en Rosario, ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja y Río Negro

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En una muestra palpable de la creciente violencia social, se repiten en diferentes ciudades del país los casos de vecinos que agreden a ladrones en plena vía pública. El método, que parece haberse convertido en una de las herramientas elegidas por parte de la sociedad para frenar el avance del delito, encendió las alarmas y motivó que políticos del más alto nivel expresaran su preocupación.

El tema se instaló porque en las últimas horas se registraron en la ciudad de Buenos Aires y en General Roca dos nuevos casos de intentos de a href="http://www.infobae.com/temas/linchamiento-a803" rel="noopener noreferrer" linchamiento/a a asaltantes, mientras que en Rosario la víctima de un arrebatador que murió tras ser brutalmente golpeado por vecinos "justicieros" se mudó por temor a sufrir represalias.

Justicia por mano propia

En Capital Federal, en el barrio de Palermo, un delincuente, que había golpeado e intentado robarle la cartera a una mujer bajo la modalidad conocida como "motochorros", fue atrapado y atacado por vecinos que finalmente lo entregaron a la Policía tras una brutal golpiza. El hecho se produjo este fin de semana en la esquina de Coronel Díaz y Charcas, cuando dos asaltantes que se movilizaban en una moto sorprendieron a una mujer, a la que intentaron arrebatarle la cartera.

La ciudad rionegrina de General Roca fue escenario de un episodio similar: un grupo de personas hirió a golpes e intentó linchar a un delincuente que entró a robar a una casa y fue descubierto por sus propietarios. Poco después del incidente también se logró detener a un segundo sospechoso de haber participado en el robo, un menor de edad que se había refugiado en un puente.

En Rosario, la mujer que había sido asaltada por un ladrón, al que luego los vecinos atraparon y golpearon hasta matarlo, decidió mudarse de la casa en donde residía, por temor a represalias de familiares o amigos de la víctima.

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"En estos momentos ella se ha retirado de su vivienda por una cuestión básicamente de seguridad ante el lógico temor de sufrir alguna represalia de parte de familiares o amigos del chico fallecido. Más allá de que entendemos que ella no tiene absolutamente ninguna responsabilidad, fue una protagonista totalmente involuntaria de esto. La gente que golpeó al muchacho no es conocida, ni familiares de ella, ni es gente siquiera incitada a hacer esto por ella", dijo el abogado Paul Krupnik, representante legal de la mujer.

La misma ciudad santafesina fue escenario de otro hecho de violencia por parte de vecinos que intentaron linchar -el sábado a la madrugada- a dos hombres que habían sido detenidos por un robo. Luego de que la policía pudo detener a los dos sujetos, algunos vecinos de la zona golpearon a los malvivientes, pero no alcanzaron a provocarles lesiones de consideración.

El barrio Irupé, de Córdoba capital, se vio conmovido por un caso de similares características: intentaron linchar ayer a un hombre de 30 años que quiso asaltar a una nena de 12. El padre de la niña relató que a la distancia advirtió que una persona en moto "la estaba levantando de la mochila y la tiraba al suelo" para robarle, por lo que se acercó y se tiró encima del ladrón, que posteriormente fue agredido por más personas.

En otro hecho ocurrido en Rosario, un grupo de remiseros persiguió a dos motociclistas a los que confundieron con unos ladrones que minutos antes habían robado en un comercio; como resultado del ataque, uno de los motociclistas fue brutalmente agredido, por lo que debió ser llevado a un hospital de la zona.

La provincia de La Rioja también tuvo un caso como los que se describen: en el barrio Santa Justina, un joven de 19 años ingresó a un kiosco y, tras exigir a los comerciantes que le entregaran el dinero, robó unas cajas de vino; alertados del hecho, los vecinos lo corrieron y le propinaron una paliza.

La voz de la política

La presidente Cristina Kirchner lamentó ayer las recientes golpizas a personas que intentaron delinquir y pidió trabajar por la "inclusión", al tiempo que rechazó "las voces que traen deseos de venganza". Señaló que no se le pueden hacer reclamos a ciudadanos que "sienten que su vida no vale dos pesos".

En cadena nacional desde la Casa Rosada, la jefa de Estado rechazó esos hechos violentos y consideró que el país necesita "miradas y voces que traigan tranquilidad, no voces que traigan deseos de venganza, de enfrentamiento, de odio".

"Queremos que cada uno llame a la paz, a la concordia, el entendimiento, la inclusión, y que si hay alguien que se equivocó hay que tomarlo y llevarlo para adelante", remarcó la Presidente, quien agregó: "Todo lo que sea generar violencia engendra más violencia".

"No hay mejor antídoto contra la violencia que precisamente lograr que mucha gente se sienta incluida. Una vez dije que cuando alguien siente que su vida para el resto de la sociedad no vale dos pesos, tampoco le podemos reclamar que la vida de los demás, para él, valga más de dos pesos. Eso es algo que tenemos que entender", subrayó la mandataria.

Por su parte, el diputado nacional Sergio Massa pidió "trabajar para eliminar este tipo de reacciones de la sociedad" con la construcción de un sistema que "establezca reglas, premios y castigos". Aunque consideró que "estas situaciones aparecen porque hay un Estado ausente y la sociedad no quiere convivir con la impunidad".

Nicolás Stulberg

El líder del frente Renovador apuntó que los casos de vecinos que atacan a golpes a quienes cometen algún robo "tienen que ver con los mensajes que se dan desde el Estado", que debería decir "'el que las hace las paga' y no que da todo lo mismo".

Una opinión profesional

La doctora en Ciencias Sociales y licenciada en Ciencias de la Comunicación, Mercedes Calzado, consideró que los casos de justicia por mano propia de parte de vecinos que intentan linchar a asaltantes constituyen una forma "bárbara y antidemocrática" de reclamo contra la inseguridad y no pueden enmarcarse en "un comportamiento racional".

La especialista resaltó que "el miedo es una fuerza que genera que una comunidad colectiva intervenga en cosas puntuales". "El problema es cómo se interviene. En estos casos, se llevan por delante cualquier garantía y derecho constitucional", advirtió.