El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Sebastián Bauzá, renunció a su cargo. El fútbol charrúa se sumerge en una grave crisis política desatada por la violencia y la inseguridad en los escenarios deportivos.
El Consejo Ejecutivo publicó el texto de su renuncia a través de su cuenta de Twitter. Allí afirma que "los hechos de pública notoriedad acontecidos en los últimos tiempos demuestran la necesidad de dar un paso al costado y permitir que otras visiones políticas otorguen gobernabilidad al Fútbol".
"El Fútbol necesita tomar decisiones y las condiciones político institucionales actuales no permiten hacerlo", agrega el comunicado.
Hay dos hechos destacados dentro de esta crisis del fútbol uruguayo. Uno sucedió por la Copa Libertadores en el partido entre Nacional y Newell's. Los incidentes entre hinchas y policías uruguayos dejaron 13 agentes heridos y 40 detenidos.
Se forzó a una reunión entre el presidente José Mujica y los representantes de la AUF, donde se definió que la custodia policial en el estadio Centenario y el Parque Central iba a ser sólo para los árbitros y el personal de recaudación.
Por eso, la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales obligó a que los jugadores de Peñarol y Miramar Misiones no salgan a la cancha. La fecha no se pudo completar, los problemas se agigantaron y se especulaba con la renuncia de Bauzá, que finalmente se concretó.
Luego del precipitado adiós, los medios uruguayos anunciaron que FIFA investiga si el gobierno uruguayo presionó la salida de los dirigentes. Según publicó el portal Ovación Digital, del diario El País, la participación de la Selección en el Mundial corre peligro.
"Si la FIFA logra demostrar que el gobierno uruguayo ha operado de alguna manera, inmiscuyéndose en asuntos de la AUF para beneficiar a un tercero, puede llegar a tomar la decisión de suspender la afiliación de la AUF y dejar a Uruguay afuera de la Copa del Mundo", informó el diario uruguayo.