"Es una operación extraordinariamente difícil. Estamos buscando en una vasta zona del océano (Índico) y trabajando con información bastante limitada", explicó Abbott en una rueda de prensa en la base aérea de Pearce, en Perth, la capital del estado de Australia Occidental.
"Las mejores mentes del mundo se aplican en este trabajo. Estamos utilizando todos los avances tecnológicos, así que, si este misterio tiene solución, lo solucionaremos", añadió el funcionario.
Abbot insistió en que no se han puesto un límite de tiempo al rescate del avión desaparecido y que las operaciones de reconocimiento no sólo no han perdido intensidad, sino que han aumentado.
Australia dirige las operaciones de rastreo en el Índico con la colaboración de China, Corea del Sur, los Estados Unidos, Japón, Malasia y Nueva Zelanda. Diez aviones y diez buques salieron a buscar el rastro del vuelo MH370 de Malaysia Airlines a una zona a 1.850 kilómetros al oeste de Perth, donde los últimos análisis apuntan que cayó el Boeing.
El avión despegó de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
Las cajas negras ayudarán a explicar la desaparición del vuelo, del que sólo se sabe que alguien cambió de rumbo después de que se cortaran los sistemas de comunicación.
Su desaparición desencadenó una operación internacional sin precedentes en la que 26 países han ido modificando las zonas de búsqueda desde el golfo de Tailandia, en el Mar de China Meridional, al Estrecho de Malaca y las Islas de Andamán hasta situarla en el Índico.