El sinceramiento? en el esquema de subsidios a los servicios de gas y agua llegó en un momento inoportuno, en pleno debate de las discusiones salariales de los principales sindicatos del país, cuyos arreglos servirán de pauta para el resto que está por negociar en breve.
A esa conclusión arribaron dirigentes gremiales, tanto oficialistas como opositores al Gobierno. Algunos coincidieron en destacar que la suba de las tarifas impactará en las paritarias porque elevará los pedidos de aumento que proyectaban en algunas actividades, aunque evitaron anticipar en qué proporción.
Otros, en tanto, si bien se mostraron más precavidos y prefirieron esperar a que arranque el recorte de los subsidios para evaluar su impacto real en los hogares, tampoco descartaron que termine interfiriendo en las discusiones salariales que se avecinan alterando los porcentajes reclamados.
"?No sé si tendrá un impacto que vaya a modificar los pedidos, hay que esperar"?, opinó al diario El Cronista José Luis Lingeri, titular del sindicato de Obras Sanitarias y referente de la CGT que conduce Antonio Caló, aliada al Gobierno.
Lingeri destacó que en el caso puntual de los servicios de agua se trata de una quita ?escalonada que "va a tocar menos a los sectores de menores recursos"?, aunque admitió que ?no sabía si era el mejor o el peor momento? para implementarla.
Por su parte, el dirigente de Sanidad enrolado en el Frente Renovador, Héctor Daer, sostuvo que la medida "?va a tener un impacto concreto en las paritarias porque es otra pérdida directa del salario?". Según el gremialista, el Ejecutivo ?"decidió ajustar de la peor manera sobre los sectores que tienen ingresos fijos?".
De igual forma se expresaron desde el gremio de la alimentación. El dirigente Héctor Morcillo dio como un hecho que el recorte de subsidios "?será tenido en cuenta? en cada paritaria porque - ?dijo-? ?suma argumentos que van a justificar los aumentos que se pidan?".
Luis Barrionuevo también se sumó a las críticas y adelantó que elevará el pedido inicial (30% como piso). "Los empresarios no me quieren ni ver. Primero les pedí un aumento del 35%. Después un resarcimiento del 12% por la inflación de los últimos meses y ahora esto de los subsidios. Vamos a reclamar entonces un 40%", dijo el jefe de los gastronómicos y líder de la versión "Azul y Blanca" de la CGT.
Omar Maturano, jefe de La Fraternidad, uno de los gremios de la CGT oficial pero que adhirió al paro convocado por Moyano y Barrionuevo para el 10 de abril, señaló que la suba del gas y el agua "?va a deteriorar más? los salarios", al tiempo que reprochó la decisión de mantener los subsidios a la industria, algo que la presidente Cristina Kirchner se encargó ayer de destacar al afirmar que esa decisión apunta a conservar la competitividad de los industriales.
"Los trabajadores con el impuesto a las Ganancias subsidiamos al Estado y el Gobierno con esa plata subsidia a los industriales, que no nos mientan más"?, se quejó Maturano.
En la UOM, el gremio del jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló, el anuncio los sorprendió. Es que los metalúrgicos pensaban cerrar en unos días su paritaria en un 28%. Pero ahora, quizá, su postura se cambie. "No lo hemos estudiado todavía, pero es peor", reconoció Juan Alberto Belén, el segundo del gremio al diario La Nación.
Los dirigentes consultados por el matutino consideraron, además, que el recorte de las subvenciones al gas y al agua complicará la intención del Gobierno de establecer una referencia salarial por debajo del 30 por ciento, como aspira .