Cuba intentará atraer más capital con una nueva ley de inversión extranjera que reduce a la mitad el impuesto sobre las ganancias y ofrece varios años de moratoria tributaria a la mayoría de los inversores, según una copia del proyecto visto el miércoles por la agencia Reuters.
La nueva ley, que será aprobada el sábado por la Asamblea Nacional, reemplaza una legislación de 1995, cuando el derrumbe de su aliado, la Unión Soviética, obligó a Cuba a abrir partes de su economía a la inversión extranjera.
Según el proyecto, los inversores extranjeros pagarán un 15% de impuestos sobre sus ganancias, contra un 30 por ciento actual. La mayoría de ellos tendrá un período de gracia de ocho años antes de empezar a pagar.
La ley ofrece, además, mayor protección legal a los inversores extranjeros, por lo general adversos a arriesgar capital en la economía de estilo soviético.
El nuevo marco legal para la inversión extranjera llega tras una serie de pequeñas reformas impulsadas por el dictador Raúl Castro para abrir progresivamente la economía de la isla, controlada por el Estado.
Se espera que la Asamblea Nacional apruebe la ley con pocos cambios o sin alteraciones en una sesión extraordinaria prevista para este sábado.
Pero el proyecto de ley establece que las inversiones en la explotación de recursos naturales, incluyendo petróleo, podrían estar sujetas a mayores impuestos sobre utilidades de hasta un 22,5%, según el acuerdo que negocien con el Estado, reportó la publicación de la Juventud Rebelde.
Con base a la actual ley de inversiones extranjeras de 1995, todas las exenciones fiscales son negociadas y las compañías extranjeras pagan impuestos sobre las ganancias de un 30 por ciento. Cuba aplica, además, un impuesto laboral del 20%, aunque está siendo reducido gradualmente.
Juventud Rebelde dijo que después de pagar un impuesto del 15% sobre sus utilidades netas, los inversores podrán repatriar el resto de sus ganancias.
Mayor apertura
Los adelantos sobre la ley de inversiones fueron divulgados cuando una delegación de empresarios brasileños visitaba Cuba.
Brasil es uno de los principales inversores en la isla, con multimillonarios proyectos de infraestructura.
"Es una ley que trae ventajas", dijo a Reuters el empresario Vladimir Guilhamat, del lobby industrial brasileño FIESP. "Eso da seguridad para que las empresas extranjeras hagan inversión a corto y a largo plazo".
El Gobierno de Brasil acaba de financiar con u$s900 millones la modernización de Mariel, un puerto de contenedores en las afueras de La Habana ejecutado por el grupo de ingeniería Odebrecht, visto como clave para el desarrollo de la economía cubana.
"A diferencia de los años anteriores, vemos una coyuntura, un contexto de revitalización de la economía, en el sentido de una mayor apertura económica", dijo la representante de la agencia brasileña de inversiones Apex-Brasil, Sophia C. Costa.
Los empresarios brasileños ven oportunidades en sectores como la agricultura, la farmacéutica, cosmética, autopartes, logística, transporte y construcción.
Los inversores extranjeros tendrán que seguir contratando a sus empleados a través de empresas estatales, una de las mayores quejas de los empresarios. Pero según dijo Juventud Rebelde, los intermediarios no cobrarán más comisiones, lo que sugiere que los trabajadores recibirán más dinero y será más fácil negociar sus salarios.
Desde mediados de la década de 1990, Cuba recibió capital de empresas de Europa y más recientemente de China, Rusia y aliados como Venezuela y Brasil.
La isla no ha recibido, sin embargo, inversiones de los Estados Unidos debido al embargo comercial que Washington aplica contra la isla desde poco después de la revolución liderada por Fidel Castro en 1959.
"Brecha de credibilidad"
La nueva ley de inversión estaba prevista desde el 2011, cuando Raúl Castro emprendió su agenda de reformas.
Paul Hare, ex embajador británico en Cuba y profesor de la Universidad de Boston, dijo que el Gobierno cubano enfrenta una "importante brecha de credibilidad" con el inversor extranjero.
"Los inversores quieren pruebas, no sólo la legislación, de que Cuba está dispuesta a permitir que los inversionistas ganen dinero, a contratar a los cubanos que seleccionen y no mover la portería cuando el éxito parezca ser demasiado gratificante", dijo.
El impuesto laboral del 20% será eliminado por completo, según una versión del proyecto publicada por el sitio web Progreso Semanal, basado en Miami.
"El impacto de la política se conocerá una vez que Cuba inicie la negociación de acuerdos con socios potenciales", dijo Phil Peters, director del Centro de Investigación sobre Cuba en los Estados Unidos.
"Pero los incentivos y la flexibilidad de la nueva ley parecen estar diseñados para atraer el capital necesario para levantar la economía y hacer que las reformas tengan éxito", añadió.
Las reformas no se han traducido en un mayor crecimiento. De hecho se espera que el Producto Interno Bruto se desacelere a un 2,2% este año, desde un 2,7% en el 2013.
La nueva ley, igual que la versión de 1995, permiten que los inversores extranjeros controlen hasta el 100% de una empresa en Cuba. En la práctica, sin embargo, el Estado cubano ha insistido hasta ahora en tener una participación del 51% en todos los emprendimientos mixtos.
Cuba tiene actualmente unas 200 empresas conjuntas y otros proyectos relacionados con la inversión extranjera, la mitad que hace una década. La nación de gobierno comunista es considerada uno de los menos favorables a las inversiones en el mundo.