a href="http://search.infobae.com/house-of-cards" rel="noopener noreferrer" House of Cards/a, la serie de televisión estadounidense más popular del momento, extiende su furor hasta a href="http://www.infobae.com/lugares/china-a339" rel="noopener noreferrer" China/a, donde tiene gran éxito también entre los líderes del Partido Comunista.
La saga de Frank Underwood -el protagonista de la primera serie on demand en streaming- ya está en su segunda temporada y, al parecer, gusta a la cúpula comunista justamente porque ayuda a su propaganda gubernamental.
Por un lado, está el interés de los chinos por la historia sórdida interpretada por Kevin Spacey, cuya calidad atrae a espectadores en todo el mundo.
Pero por otro, la trama de personajes sin escrúpulos descrita por la serie refleja exactamente la imagen del poder estadounidense corrupto e hipócrita que quiere proponer desde hace años la Administración de Pekín.
"Para el chino promedio, Estados Unidos es el gran espantapájaros del mundo, por lo tanto tiene sentido que haya interés por la intriga y el poder que dominan en los palacios de Washington", observa Michael Auslin, experto en Asia del conservador American Enterprise Institute.
"Dicho esto, probablemente no es muy bueno que sea este el aspecto que están viendo. Para comprender verdaderamente la política de Estados Unidos, preferiría que miraran iC-SPAN/i, el canal especializado en la transmisión de sesiones parlamentarias, pero probablemente no es algo realista", agregó.
Justamente gracias al favor de las autoridades, la serie producida por Netflix, la primera expresamente creada para la televisión en línea, no sólo no fue censurada por la controlada web china, sino que tuvo amplia difusión en todo el país.
"Muchos chinos, incluyendo peces gordos del Gobierno, están mirando la serie"
Los derechos los compró Sohu, uno de los principales proveedores chinos, que publicó los 13 episodios de la segunda temporada completa al mismo tiempo que en Estados Unidos, hace algunos días.
Se trata de un giro histórico, si se piensa que el gobierno de Pekín autoriza la proyección de apenas 34 películas extranjeras cada año. Y sobre todo porque la segunda temporada no habla muy bien de China.
Sin embargo, según la CNN el Gobierno, al parecer, decidió no intervenir.
"No sabíamos que la segunda temporada tendría tanto que ver con China, probablemente debido a la creciente importancia de nuestro país en los asuntos mundiales", dijo Charles Zhang, responsable de Sohu.
"Sin embargo -concluyó-
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