Mientras que la Oficina de la Alta Comisionada de la a href="http://www.infobae.com/temas/onu-a583" rel="noopener noreferrer" ONU/a para los Derechos Humanos cifró en 24.000 la cantidad de civiles sometidos a los prolongados cercos de las fuerzas gubernamentales desde noviembre de 2011, organizaciones como la Cruz Roja elevan este número a más de un millón.
"La evacuación del casco antiguo de Homs, cercado durante más de 600 días, ha centrado la atención sobre las duras condiciones en las que se vive allí dentro. Utilizar el hambre como arma de guerra y los asedios que privan a las personas de bienes básicos para vivir están prohibidos por la ley internacional", recordó en un comunicado la responsable de esta oficina, Navi Pillay.
La alerta está ahora puesta en la región de Guta, en la provincia de Damasco Rural, donde hay más de 173.000 personas atrapadas, según un informe de la ONU. En los primeros meses de asedios en Guta, las fuerzas de Bashar Al Assad permitían a los ancianos y a los comerciantes cruzar los puntos de control para entrar a Damasco y adquirir medicinas y comida. Pero desde marzo de 2013, el Gobierno endureció las condiciones del cerco y comenzó a bombardear la zona para frenar el avance de los rebeldes.
Los ataques de la Fuerza Aérea han destruido gran parte de las infraestructuras de asistencia médica de Guta, que fue también el escenario del ataque con armas químicas de agosto de 2013 en el que murieron 1.300 personas, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La falta de acceso a comida también es preocupante. "Varios clérigos han emitido edictos para permitir a los residentes de estos lugares comer gatos y perros (animales considerados impuros por el Islam) para poder sobrevivir", señala el documento de la ONU.
En el oeste de la región, la lucha armada se exacerbó en los distritos de Darayya y Muadhamiya, de donde han huido unas 70.000 personas desde el inicio del conflicto hasta antes de que se reforzara el asedio.
Según médicos entrevistados por la ONU, al menos cuatro civiles murieron en esas poblaciones por falta de acceso a comida y medicinas, entre abril de 2013 y enero de este año.
También en Damasco Rural, en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk han muerto decenas de personas por hambre, por comer alimentos en mal estado, por falta de medicamentos y por la ausencia de personal médico capaz de tratar a enfermos crónicos y embarazadas.
En el norte del país, en la región de Alepo, los rebeldes mantienen asediadas varias poblaciones, como Nubul o Zahra, donde viven atrapadas unas 45.000 personas que, además de sufrir falta de alimentos y medicinas, han tenido que cavar pozos por la escasez de agua.
La ONU brinda asistencia humanitaria en las áreas cercadas de Siria, pero la situación sigue siendo precaria y la llegada de la ayuda depende de treguas temporales entre las partes, que se rompen con frecuencia, según advirtió la ONU en su informe.
Desde el inicio del conflicto, en marzo de 2011, más de 140.000 personas murieron y millones debieron refugiarse. A fines de enero, comenzaron conversaciones en Ginebra entre la oposición y el régimen de Al Assad, con el acompañamiento de la comunidad internacional, para resolver la crisis en Siria, pero no ha habido avances al respecto.