Dos días después de la violenta jornada que terminó con tres muertos y varios heridos durante una marcha de estudiantes, la embajada de Venezuela en Buenos Aires fue escenario de marchas a favor y en contra de Nicolás Maduro, que fue duramente criticado por la represión que llevó adelante el miércoles.
Agrupaciones de izquierda, entre ellas Quebracho, tomaron la delantera y se concentraron desde las 16 frente al edificio de la calle Luis María Campos, en Palermo. Allí cantaron el himno del país caribeño y leyeron proclamas en apoyo al gobierno socialista.
A partir de las 18 llegó otro grupo de manifestantes, opositores al chavismo, que reclamaron que el Ejecutivo de ese país garantice el cumplimiento de los derechos humanos y cese el hostigamiento contra sus oponentes. También en esa marcha, que con para las 19 presentaba un número más nutrido de adherentes, se leyeron documentos con micrófonos y se entonaron cánticos.
Las posibilidad de que ambos bandos se enfrenten hizo que la Policía desplegara desde temprano un cordón para mantenerlos separados. Armados con escudos, decenas de efectivos dispusieron un doble cordón que evitó el contacto entre las facciones.
Durante horas, el tránsito estuvo interrumpido en ambos sentidos de Luis María Campos entre Dorrego y Santa Fe.
Ayer el Gobierno, a través de un comunicado de la Cancillería, ratificó su apoyo a Maduro y pidió que se investiguen los hechos que derivaron en los tres fallecimientos.