En un clima extraordinario, Independiente recibió en el Libertadores de América a un golpeado Boca Unidos. Con realidades totalmente opuestas, el "Rojo" buscaba una victoria para mantenerse en los puestos de ascenso, mientras que la necesidad del conjunto correntino pasaba por el intento de sumar para despegar del fondo de la tabla de posiciones.
Sólo tuvieron que transcurrir 90 segundos para que Federico Insúa introduzca un pase entrelíneas para habilitar a Facundo Parra, quien no logró abrir el marcador por la apresurada salida de José Luis Martínez Gullota. En Avellaneda, el "Diablo" mostraba su agresividad desde temprano.
Pero lo que pareció ser una ráfaga ofensiva, se fue diluyendo con el transcurso de los minutos. Las imprecisiones y la carencia de ideas favoreció al elenco de Carlos Trullet, que de apoco se le fue animando al "gigante". Así, a los 24 del primer tiempo, Guillermo Israilevich buscó a Santiago Raymonda, para que éste protagonice una fantasía de otro partido. El ex Banfield se sacó a dos hombres de encima y con un toque sutil definió con una emboquillada preciosa para marcar el 1 a 0. El silencio sepulcral ejemplificaba el significado del duro golpe que recibió la entidad de Avellaneda.
En el complemento la impaciencia fue un factor que perjudicó a Independiente. La presión de la hinchada y el constante sacrificio de Boca Unidos obligaron a los de Omar De Felippe a probar de larga distancia. Un tiro libre ejecutado por Daniel Montenegro, desviado por "Wally" y una chilena magnifica de Facundo Parra, que rebotó contra el travesaño, fueron las aproximaciones más claras del dueño de casa.
A falta de 5 para el cierre del eléctrico encuentro, un pelotazo frontal encontró a Adrián Fernández para que de primera sentencie el 1 a 1 definitivo. La distracción de la defensa visitante contribuyó considerablemente para que se repartan los puntos. El "Rojo" todavía sigue en los puestos de ascenso, y por la actuación realizada deberá valorar el empate.
Por Fernando Taveira – ftaveira@infobae.com