La Cancillería desmintió el incidente con un crucero británico: "Son rumores totalmente falsos"

La prensa británica había asegurado que el Queen Victoria fue obligado a izar la bandera del Reino Unido. El gobierno argentino aclaró que el buque "está registrado en las Islas Bermudas"

La Cancillería argentina desmintió hoy lo que consideró "rumores totalmente falsos emitidos por un canal de televisión británico –del que, lamentablemente, medios locales como Clarín y La Nación lo han elevado al tope de sus ediciones online– según el cual la autoridad marítima del Puerto de Buenos Aires habría 'amenazado' con una multa al crucero de línea Queen Victoria, de la empresa Cunard, si no arriaba la bandera roja de la marina mercante británica".

La cartera que conduce Héctor Timerman aclaró que el buque en cuestión no está registrado en el Reino Unido, sino en las Islas Bermudas, por lo que "debe portar la bandera de dichas Islas al ingresar a los puertos argentinos".

Y se hizo eco de un informe del prefecto general de la Prefectura Naval Luis Alberto Heiler, en el que aclara que durante el paso del Queen Victoria por el país "no se suscitaron inconvenientes ni alteraciones del orden público, y no se labraron infracciones al ordenamiento administrativo de la navegación al buque".

El comunicado responde a la versión que contó el almirante inglés Alan West, veterano de la Guerra de Malvinas, quien habría viajado en el crucero a comienzos de febrero. West aseguró que el capitán de la nave le confesó durante una cena que lo amenazaron con multarlo por 10.000 libras si no arriaba la bandera roja británica que, según el Daily Mail, se comenzó a usar en el siglo XVII en los buques militares, pero que con el tiempo se tornó una insignia civil.

Tensión bilateral

El Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce Héctor Timerman sostuvo que "ni el Foreign Office ni la Embajada británica en Buenos Aires se han comunicado con las autoridades argentinas en relación al inexistente episodio".

Sin embargo, según la prensa británica, el Gobierno del Reino Unido condenó el hecho, al que consideró un "hostigamiento inaceptable". "Condenamos cualquier intento de interferir con el legítimo tránsito de embarcaciones", habría dicho una fuente del Foreign Office.

En ese sentido, la Cancillería finalizó el comunicado "reiterando a las autoridades británicas que en lugar de hacerse eco de falsos rumores acepten su obligación de cumplir con las resoluciones de las Naciones Unidas instando a la negociación bilateral para resolver la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas".