La vida de Salvador Cabañas dio un vuelco impensado cuando el 2010 estaba 'en pañales'. Mientras jugaba para el América de México y se preparaba para el Mundial de Sudáfrica 2010, el delantero, que era buscado por varios clubes de Europa y considerado como uno de los goleadores más interesantes del continente, recibió un balazo en un bar de México. El proyectil se alojó en su cabeza y tuvo que pelear por su vida durante casi un mes.
Hoy, cuatro años después de aquel incidente, el atacante divide su vida entre la panadería familiar, que el mismo mandó a construir en su época gloriosa como futbolista, y los entrenamientos del club 12 de Octubre de su ciudad. "Repartimos por los alrededores de Itauguá, Ypacaraí, San Bernardino. Me gusta el trabajo. La gente me reconoce y me pregunta; sobre fútbol claro. Yo les digo que me divierte mucho hacer reparto. A veces estamos repartiendo a las cinco o seis de la mañana", afirmó el atacante al medio guaraní ABC Color.
"Cuando ocurrió eso tenía un precontrato por 1.700.000 dólares para una transferencia al Manchester United o a otro club grande de Europa. En el América me doblaron mi salario y me dieron un departamento en Acapulco y otro en Cancún para retenerme. Y bueno, aquí estoy, tratando de recuperarme. Estamos saliendo adelante", contó el delantero sobre los momentos previos al fatídico día.
Hoy, lejos de las luces de la fama y casi sin dinero por un conflicto con su ex mujer, su representante y el América, el delantero aseguró: "Me estoy entrenando. Mi deseo es jugar hasta donde pueda. Deseo jugar por el "12", llevarle a los mejores lugares y clasificar a la Copa Libertadores con el equipo".