Genio, popular, sensible, políticamente correcto, brillante compositor de música clásica, nacido en Hiroshima y completamente sordo.
La historia de Mamoru Samuragochi se puede considerar una analogía de la vida de Ludwig Van Beethoven, pero del siglo XX. El músico y compositor se quedó sordo hace más de 15 años, cuando tenía 35. Esa dificultad no impidió que siguiera componiendo hasta que la "Sinfonía Nº1 Hiroshima" lo llevó a la gloria y reconocimiento de críticos y público.
Curiosamente, la obra que lo hizo conocido fue la composición de la banda de sonido del videojuego "Resident Evil", lanzado en 1995. Desde ahí, sus composiciones empezaron a tener reconocimiento, aunque el hecho que cambió completamente su historia fue el anuncio de que se había quedado sordo.
Mamoru Samuragochi siguió trabajando y componiendo. En 2003, cuatro años después de que se diagnosticara su mal, el músico compuso su obra maestra, la Sinfonía Nº 1 "Hiroshima", dedicada a las víctimas y descendientes de la ciudad japonesa donde el 6 de agosto de 1945 cayó la bomba atómica que marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La historia se volvió digna de contar. Samuragochi era la reencarnación de Beethoven, el genio del romanticismo que completamente sordo compuso la más grande sinfonía de la historia de la música.
En un documental emitido en marzo de 2013 por la televisión pública a href="http://www3.nhk.or.jp/nhkworld/english/news/20140205_14.html" rel="noopener noreferrer" NHK, /atitulado la "Melodía del alma", el compositor juega con una niña cuya madre había muerto en el tsunami del 11 de marzo de 2011 que provocó el accidente nuclear de Fukushima.
Las imágenes lo muestran componiendo un réquiem dedicado a la madre, hecho que logró un gran impacto en la sociedad.
Los críticos se rindieron a sus pies tras oir sus obras compuestas a pesar de su discapacidad. En un teatro fue ovacionado por más de 15 minutos, como puede verse en el video adjunto.
Pero el genio resultó un gran impostor. Mamoru Samuragochi confesó que no es el autor de sus obras de los últimos 18 años. "Empecé a utilizar a alguien para que compusiera por mí hacia 1996, cuando me encargaron la banda sonora de una película por primera vez. Esta persona me ayudó en más de la mitad de la banda original", destacó el músico.
Sordera, dolores de cabeza crónicos, depresión neurótica y ansiedad son los trastornos que Samuragochi admite padecer.
La indignación es total en medios, fans y críticos. Las obras maestras del compositor fueron escritas por un "compositor fantasma", una práctica que se usa en la literatura ante ciertos autores que optan por "tercerizar sus creaciones", es decir, contratar a escritores desconocidos para que hagan el trabajo que luego firmarán.
Un presentador de la cadena pública de TV que emitió el documental "Melodía del alma" dedicado a la obra del falso compositor, pidió disculpas al público en nombre de la NHK por "no haber descubierto, pese a nuestras verificaciones, que no era el autor de sus obras".
La discográfica de Samuragochi, Nippon Columbia, expresó también su "estupefacción y su cólera" por el caso.
La popularidad de Samuragochi en la isla era notable