El grupo de alto nivel sobre emergencia humanitaria en Siria aprobó "11 intervenciones inmediatas" para garantizar el acceso a las comunidades bajo asedio, desmilitarizar escuelas y hospitales, y encontrar nuevos financiamientos para las ayudas, manifestó este lunes la subsecretaria general de Naciones Unidas, Valerie Amos.
En una rueda de prensa junto a la canciller italiana, Emma Bonino, y la comisaria europea de asuntos humanitarios, Kristalina Georgieva, Amos sostuvo que son siete millones las personas a las cuales es difícil acceder para la distribución de ayudas.
Asimismo, advirtió que 3.300.000 personas requieren "ayudas urgentes" y auspició que los compromisos logrados en Roma "puedan cumplirse".
Por su parte, Bonino manifestó que es "inaceptable" la situación en Siria, que constituye una "vergüenza" para la comunidad internacional, y aseguró que "hay una extrema urgencia en intervenir, estamos preocupados por la creciente inestabilidad que amenaza no sólo a la región, sino al mundo entero".
La principal emergencia en Siria, enfatizó la ministra, es "la falta de acceso para las ayudas humanitarias", y agregó que las partes en conflicto "ignoraron las apelaciones" y tienen "una gran responsabilidad moral".
Aún no se ha evacuado a mujeres y niños en Homs
Frustración internacional por la falta de avances
La situación en Damasco es cada vez más crítica. Tras casi tres años de enfrentamientos, la lucha armada aún no acaba, y un acuerdo entre las partes parece algo todavía muy lejano.
El último fin de semana finalizaron las negociaciones entre el régimen de Bashar al Assad y la Coalición Nacional siria de los rebeldes, celebradas en Ginebra. Las autoridades lamentaron los pocos avances que hubo durante los diez días de diálogo. Aunque para algunos analistas, fue un importante comienzo.
"Lamento decirles que no obtuvimos resultados tangibles durante esta semana", declaró el viernes el ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem, al culminar las conversaciones en esa ciudad de Suiza.
Pese a las insistentes presiones del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, y de los patrocinadores del encuentro, Rusia y Estados Unidos, las delegaciones del gobierno y la oposición no lograron ponerse de acuerdo sobre ninguno de los puntos tratados.
No se decidió un alto el fuego, nunca se empezó a hablar de un posible gobierno de transición y ninguna de las "medidas de confianza" que solicitaba el mediador Brahimi en el terreno humanitario se ha alcanzado, ni siquiera el abastecimiento de Homs o, como propuso el régimen, la evacuación de las mujeres y los niños de esa ciudad.
Según una nueva estimación difundida el sábado por el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, más de 136.000 personas murieron en el conflicto sirio desde marzo de 2011, cuando se iniciaron las primeras manifestaciones pacíficas contra el régimen, y enero fue uno de los meses más sangrientos desde entonces.