El cerebro del "robo del siglo" abrió una joyería en Uruguay

Mario Vitette, el hombre condenado por ser el ideólogo del asalto a la sucursal del Banco Río de la localidad bonaerense de Acassuso, inauguró su negocio en la ciudad de San José de Mayo

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La invitación al brindis de inauguración de la joyería \Verde esmeralda\"<br>" 162

"Hay tiempo de robar y hay tiempo de trabajar. Este es tiempo de trabajar", expresó Vitette, meses después de haber sido expulsado de la Argentina tras cumplir la mitad de su condena por el golpe cometido en 2006.

Según informó el sitio uruguayo "Subrayado", Luis Mario Vitette inauguró este viernes la joyería a la que le puso el nombre de "Verde Esmeralda", en un local lindero a una casa de cambios, en la localidad uruguaya de San José de Mayo.

"Lo primero que dijeron los vecinos chusmas es que alquilábamos esto a mi nombre para robarlo. Pero puedo asegurar que yo tengo mucho más dinero que el que tiene el Abitab", se jactó en alusión al establecimiento cambiario.

Vitette consideró que si su joyería fuera robada "sería como sacarle la pelota a Maradona de entre las piernas".

La invitación al brindis de inauguración de la joyería \Verde esmeralda\"<br>" 162

Siempre con ironía, admitió el posible origen ilícito del dinero que invirtió para abrir su negocio: "Puede ser sí. ¿Por qué no me lo sacan, por qué no me abren una causa por enriquecimiento ilícito?".

"Ahora es mío, es lícito, chau", añadió el llamado "hombre del traje gris".

El 13 de enero de 2006, un grupo de delincuentes que integró Vitette, ingresó a la sucursal y luego de tomar de rehenes a 23 personas, escapó con el dinero que había en 143 cajas de seguridad por un boquete en la pared hasta un túnel subterráneo que desemboca en el río, y luego salió por una alcantarilla.

En esa ocasión el botín robado ascendió a 19 millones de dólares y a los pocos días varios de los ladrones fueron detenidos y años más tarde condenados a prisión.

Vitette fue condenado a 21 años y medio de prisión, pero en agosto pasado fue liberado y expulsado para siempre de la Argentina, bajo la figura del extrañamiento, que forma parte de un convenio con Uruguay.